18 a 19 hs. Por: OlivaNEC,
Para cuando los tres entraron al Gran Salón para cenar, ya había bastante animación, y las mesas de las casas se notaban concurridas. Se ubicaron en la de Gryffindor, no lejos de los Gemelos Weasley, que seguían cuchicheando entre ellos y se callaron al verlos. Luego, George se levantó y fue hacia Harry, adoptando un aire misterioso:
- Es cierto lo que hemos escuchado?- Le Preguntó.
- Sobre qué?- Replicó Harry a la defensiva.
- Bueno... Dicen por ahí que, no conforme con haberte metido en el torneo, ahora andas diciendo que era tu destino lógico, y que además andas retando a Duelo a quien diga lo contrario.-
- Oh, no...- Murmuró Hermione bajando la cabeza. Ya se lo veía venir.
- Que yo QUE??!!- Explotó Harry.
- Tranquilo, Potter, solo te estoy repitiendo un rumor....-
- Pues pueden guardarse el rumor donde ya saben. Estoy seguro que ese fue Malfoy...-
- Entonces, es cierto que vas a pelear con él hoy a la medianoche, en el Bosque Prohibido?-
- Por supuesto que no!- Intervino Hermione.- Sería Harry tan estúpido de acudir a un duelo cuando todos se han enterado?!!-
Ron abrió la boca como para hablar, pero en ese mismo momento su amiga le pateó un tobillo por debajo de la mesa y volvió a cerrarla de inmediato, conteniendo un gemido. Harry, en tanto, sostenía la mirada de George.
- Ya lo escuchaste...- Dijo al fin.- No habrá ningún duelo a medianoche.-
- Ah, me quedo más tranquilo...- Replicó el gemelo, aunque mirándolo con desconfianza.- Además, ya me parecía que Malfoy era demasiado cobarde para meterse en el Bosque Prohibido después de la caida del Sol.-
Volvió a su asiento, y los tres se apresuraron a servirse comida. Mientras llenaba su plato de la fuente de Puré y se agregaba tres o cuatro costillas de cerdo “para ir picando algo”, Ron comentó en voz baja:
- Ese maldito lengua de víbora... No pudo mantener cerrada su bocota.-
- Pero fue lo suficientemente astuto para decir que el duelo sería a medianoche en el Bosque, en lugar de dar la hora y lugar correctos.- Acotó Hermione, mirándolo comer con cierta repulsión.- Por última vez, Harry, intentaré persuadirte de ir...-
- Y por última vez, Hermione, te diré que te calles.- Replicó friamente él.- Si Draco Malfoy está tan ansioso por enfrentarme, no voy a privarlo de ese gusto. Por mi parte, le daré una lección que no olvidará. Sabes que estoy mejorando mucho en hechizos y maldiciones....-
- Si, pero mientras tanto Snape nos está preparando uno de sus castigos, y hasta hiciste enojar nada menos que a Trelawney! Y dos veces el Profesor Dumbledore estaba cerca para evitar que la cosa pasara a mayores... Harry, creo que te está vigilando personalmente.-
- Creía que eso se lo había encargado a Ojoloco Moody...- Intervino Ron entre dos bocados.
- Si, y también él puede estar haciéndolo. Recuerden que su ojo mágico ve a través de las paredes y las capas invisibles...Y además, Harry le prestó el Mapa del Merodeador, así que puede saber en cualquier momento donde nos encontramos. Son demasiadas cosas en contra, Harry...-
Por primera vez en el día, lo que ella le decía parecía afectarlo, así que un rayo de esperanza se iluminó en su rostro... Para desaparecer de inmediato apenas notó que él sacudía la cabeza, como descartando alguna reflexión.
- Ya anduve varias noches vagando por el castillo, y Ojoloco nunca me dijo nada... Y Dumbledore tampoco. No creo que ellos signifiquen un problema... Aunque no me vendría mal tener el Mapa, por si Filch se decide a investigar los Rumores. Estoy seguro que la Sra. Norris los escuchó y fue a contárselos.-
- Bueno...- Suspiró Hermione, resignada.- Entonces, repasemos una vez mas el plan....-
Terminaron la comida cuchicheando. Ron aseguró que tenía todavía media docena de bombas fétidas y tres de humo mágico de colores que le habían dado como regalo de promoción en su última compra en Zonko, e incluso algunas bengalas del Dr. Filibuster, pero Hermione lo interrumpió diciéndole que “no iban a la guerra, para que llevara tanta artillería.” Antes de que los platos fueran mágicamente reemplazados por los postres, Harry aprovechó para guardarse una generosa porción de papas al horno, una docena de costillas y un pastel de carne y verduras que se veía bastante tentador. Metió todo en una bolsa de papel que sacó de su mochila.
- Se los mandaré a Hocicos ahora mismo.- Dijo – No soporto saber que está en esa cueva con Buckbeack alimentándose de ratas...-
- Es cierto...- Dijo Ron, y le agregó seis panes y una tarta de jamón y choclo al botín.- Si hubiera tiempo, hasta le podrías pedir que te recomiende alguna buena maldición...-
- Olvídalo.- Terció Hermione.- Estoy segura de que pondría el grito en el cielo si supiera que Harry va a andar por ahí batiéndose a duelo en los terrenos del Castillo...-
- Bueno, por algunos rumores que escuché, no estoy tan seguro.- Sonrió Harry.
- Oh, son un caso perdido!- Exclamó ella.
Comieron el postre apresuradamente, guardaron dos tartas de crema en la bolsa de provisiones, y la cerraron cuidadosamente antes de levantarse. Cuando ya casi llegaban a la puerta, se cruzaron con Malfoy y su habitual grupo de seguidores, que llegaban tarde a cenar. Draco y Harry se detuvieron uno frente al otro, echando chispas por los ojos.
- Espero que no olvides nuestra cita, Potter...- Masculló Malfoy.
- Por nada del mundo...- Replicó Harry- Y espero que no seas un cobarde como en primer año, porque te iré a buscar hasta tu sala común si es preciso.-
Malfoy iba a replicar, cuando cerca de ellos estalló la voz del Profesor Karkarov.
- Vamos, vamos, circulen, que están en medio del paso!-
Y, sin esperar contestación ni dar tiempo a que se apartaran, ingresó en el Gran Salón seguido por su grupo de alumnos de Durmstang con sus túnicas rojo sangre. Al pasar frente a ellos, Viktor Krum saludó con una ligera inclinación de cabeza a Harry y dedicó una especie de sonrisa a Hermione, que hizo que las orejas de Ron se pusieran más coloradas que la túnica del mundialmente famoso Buscador.
Malfoy y su grupo aprovecharon para escabullirse tras ellos, y los tres amigos subieron a la lechucería. Hedwig había estado bastante inactiva ultimamente, y como sólo la habían usado una vez para enviar mensajes a Sirius en la cueva de Hogsmeade, Harry decidió que bien podía encomendarle el paquete de comida. Como pesaba bastante, Ron reclutó a un buho del Colegio para que le ayudara a cargarlo, y diestramente ataron una cinta a la pata de cada uno para que llevaran el peso repartido, soltándolos en el cielo rojizo del atardecer.
Mientras los veía alejarse, Harry contempló el sol poniente, y sintió una punzada en su cicatriz. Frunció ligeramente el ceño, pensando “Lo único que me faltaba, hoy!”, pero no dijo nada para no alarmar a sus amigos. Solo por un momento, se le cruzó por la mente preguntarse si Draco no lo estaría atrayendo a una trampa, pero lo descartó de plano: Lucius Malfoy jamás confiaría en su hijo para algo así, era demasiado impetuoso.
Mientras bajaban la escalera, sintieron el ya familiar taconeo de la pata de palo, y al doblar el recodo del corredor se toparon de frente con Alastor “Ojoloco” Moody, que parecía haberlos estado siguiendo con su gran ojo azul de movimiento múltiple.
- No es un poco tarde para enviar correo?!- Preguntó a modo de saludo.
- Es... Es una entrega especial, Profesor.- Replicó Hermione.- El Profesor Dumbledore ya está al tanto, y...-
- Oh, si Dumbledore está al tanto no veo problema.- Gruñó Ojoloco.- Pero además, Potter...- Se acercó a él fijando ambos ojos sobre los suyos, como queriendo leer en su mente.- No me gustan algunos rumores que corren por ahí. No estarás planeando nada extraño que pueda meterte en líos, no es cierto? Nada de aventuras de Medianoche?-
Harry sostuvo la mirada de aquel gran ojo azul sin pestañear, aunque le costaba un tremendo esfuerzo. Ni siquiera ante los hipogrífos le había costado tanto.
- Solo pienso en el Torneo, Profesor...-
- Y espero que sigas así, Potter. Esta noche, te quiero en tu cama a tiempo.-
- Le prometo que a las Diez en punto estaré acostado, Señor...-
- Y por qué no antes?-
- Tene... Tenemos tarea!- Intervino Ron, algo nervioso.
Moody lo miró con su ojo mágico, murmuró algo para sí y miró a Hermione, que ponía su mejor cara de inocente y preocupada por los deberes.
- Muy Bien!- Gruñó finalmente.- Vayan a su sala común!-
Se alejó rengueando hacia otro de los corredores. Ellos se apresuraron a poner distancia, sin decir una sola palabra hasta que hubieron bajado dos pisos.
- Bien contestado, Harry!- Lo felicitó Ron.- Una respuesta a prueba de Veritaserum!-
- Este día ya tuve bastantes líos con profesores...- Dijo Harry.- Vamos, solo queda una hora para la cita, y tenemos que prepararnos.-
Apuraron el paso hacia el retrato de la Dama Gorda, mientras EL GRAN RELOJ DE LA TORRE ANUNCIABA EL PASO DE OTRA HORA.