martes, 9 de septiembre de 2008

Capitulo 13

De 20 a 21 hs., Por: Selena Moody con la colaboración de Rowena Lessien,

Mientras esperaban en medio de la noche, agazapados tras el arbusto, Harry sintió un revoloteo en el estómago parecido a lo que sentía cuando Cho andaba cerca, pero sabía que en ese instante ese no era el motivo ya que ella estaría muy lejos de ahi, seguramente con Cedric, en algún lugar escondidos los dos. Al pensar esto se los imaginó y le dio un vuelco en el corazón ya que ahora se encontraba peor que antes. Con nervios por el encuentro con Malfoy y con una envidia que no podría contener.
De pronto comenzó a oír esa voz en su cabeza parecida a la de Hermione, diciéndole que no lo haga, que podría ser una trampa, después de todo en el primer año ya lo habría hecho y le costo una cantidad de puntos importantes...
Por suerte Ron interrumpe su pensamiento diciendo:- Tonterías!-
Los minutos pasaban en medio de la tenue luz de la luna creciente, y Draco y los suyos no aparecían. La verdadera Hermione susurró: – Es una locura, piénsalo si te encuentran te sacaran del torneo y peor aun te podrán echar del colegio. Te imaginas el placer que sentirá Snape? Ni Dumbledore te podrá salvar de esta!-
- No molestes Hermione!- interrumpió Ron , y comenzaron a pelear como de costumbre, aunque en susurros. Pero Harry sabia que Hermione tenia razón, aunque no podría permitir que Malfoy siguiera burlándose de él. Tenía que darle una lección.
Ron le interrumpe el pensamiento diciéndole que el podría ser su padrino
– Está bien.- Contestó sin ganas. - Tu que harás?- le pregunto a Hermione, y esta contestó:
– Sabes que no estoy de acuerdo con quebrantar las reglas del colegio, pero también sabes que no los dejaría solos- Agregó viendo la cara que había puesto Harry al oír lo que había dicho, aunque dejo en claro que es lo que quería repitiéndole:- Por qué no lo piensas? todavía podemos irnos sin que...-
- Si no quieres quedarte, vete. Quién te dijo que te necesitamos?- Le contesto Harry, que se había irritado con la respuesta de su amiga.
- Harry, te dije que te acompañaría y lo haré pero no me pidas que esté de acuerdo. Vamos!- Le insistió.- Ya pasaron cinco minutos, piénsalo.-
– No Hermione, no queda tiempo.- Intervino Ron.- Todavía es posible que lleguen y... –
Pero Harry, que escuchaba a su amigo, lo interrumpió y le dijo:– La verdad es que me gustaría que me dejaran pensar tranquilo. No les molesta?-
Minutos mas tarde, Harry plegó la capa de invisibilidad y la guardó en la mochila. en la noche se distinguían tres bultos que avanzaban desde el castillo hacia donde se encontraban, y por el tamaño (dos sombras altas y voluminosas que rodeaban a una tercera más pequeña) no quedaba duda alguna sobre quienes serían.
Nadie habló mientras se acercaban, pero salieron al descubierto ubicándose junto al lago. Se trataban, efectivamente, de Malfoy y a sus amigotes Crabe y Goyle. El primero se adelantó a los otros y escupió con su voz sibilante:
- Pensé que no vendrías. Después de todo eres bastante cobarde y pudiste haber inventado alguna excusa o te podrías a ver desmayado, ya que es tan común en el pobre Harry.- Lo miro con cara de desprecio, como solía hacerlo el profesor Snape en sus clases.
- Te crees muy importante ahora, pero luego del duelo te voy a ver llorar como una niña.- Le contesto Harry, que sentía unas ganas terribles de abofetearlo.
- Podemos empezar?, pues me estoy poniendo nerviosa y podría venir alguien- Comenta Hermione, que hasta el momento no había dado señales de encontrase allí.
- Qué pasa, sangre sucia, nerviosa?- hablo Malfoy, pero no terminó la frase pues Ron se había abalanzado sobre su cuerpo y comenzaba a pegarle.
- Impedimenta!- Hermione hechizo a Malfoy y Harry retiro a Ron que se encontraba totalmente colorado y en ese momento agarrado por Goile y Crabe que lo golpeaban con gran placer, el cual se reflejaba en sus grandes rostros de Trolls.
Draco se recupero del encantamiento, le temblaba todo el cuerpo gracias al odio que sentía en ese momento.
- Qué te pasa, Weasley? Acaso querías batirte conmigo? No es tu momento, no me rebajaré a pelear contigo, no vales nada.- Pero esta vez Ron no pudo hacer nada ya que se encontraba amarrado a Hermione y a Harry.
- Empezamos, o ya te arrepentiste Potter?-
- No, comencemos.-
Malfoy y Harry se colocaron uno frente a otro con sus respectivos padrinos detrás (Ron detrás de Harry y Crabe detrás de Malfoy). Hermione tomo el papel de arbitro y Goile miraba.
- Salúdense.- dice Hermione, Harry y Draco hicieron una breve reverencia.- En guardia- Estos se colocaron en posición.– Cuando cuente hasta tres lanzaran sus hechizos... Uno...- Harry sentía odio y placer a la vez, por fin lo haría – Dos...- Draco parecía concentrado pero igual que Harry sentía odio y placer. Se formo un silencio en la habitación, esta se encontraba cargada de tensión, parecía oírse la respiración de los que se encontraban allí...- Tres! - Dijo Hermione
– Expeliarmus! - Gritó Harry, y Malfoy se desarmó cayendo de espaldas al barro que rodeaba la orilla del lago, enchastrándose por completo.
Crabe dijo:
– Accio varita!- levanto la varita de Malfoy y se la paso a este; Hermione gritó:
-Uno a cero,en posición!-
Malfoy grita – Desmaius! - y Harry cae desmayado, pero al instante Ron exclama:
– Enérvate!- y éste vuelve a su estado normal.
- Uno iguales...- dijo Hermione pero Harry ya había gritado - Impedimenta!- y a la vez, Draco dijo: - Finite Incantatem!- E invalidó el hechizo de Harry.
En ese momento oyeron ruidos en medio de la oscuridad, y se dieron cuenta de que alguien se acercaba. Todos se miraron cuando el reloj de la torre marco el paso de otra hora

Capitulo 12

De 18 a 19 Hs. por: Hermione Granger

Harry, Ron y Hermione Decidieron Regresar al gran salón, para preparar los últimos detalles; Caminaban por un corredor del 2 piso, cuando oyeron voces, los 3 se quedaron quietos, para escuchar mas, y se miraron, Ron tenia cara de preocupación, y Hermione de intriga... Escucharon otra vez las voces, provenían de un cuadro de una bruja y un mago, que estaba a su derecha, no era un cuadro común y corriente, estaba entreabierto, y cuando Harry, ron y Hermione se acercaron, vieron, que detrás de el, había una escalerita, bastante empinada, que se dirigía hacia abajo, se miraron.

-Vamos-dijo ron. Pero Hermione lo agarro de la manga de la túnica, y tiro de el.
-No, dijo, tenemos 40 minutos, y hay que prepararnos.
Vamos Hermione-Dijo Harry-miramos un poco, y despues regresamos

Hermione se dio cuanta de que no había mucho que hacer, eran 2 contra uno, así que asintió, y entraron...

Caminaban con cuidado, la voz, que antes era solo un susurro, sé hacia cada vez más potente, y más clara, se quedaron en silencio, para poder escuchar.

No, vas a ir, Draco, No, no quiero que le quiten mas puntos a Slytherin- Decía una voz fría, que les resultaba conocida- Gryffindor nos esta superando, y wood me lo recuerda todo el tiempo!-

Tengo, que ir, Flint- decía una voz que arrastraba las palabras- le voy a dar su merecido a ese Potter.

Draco, cuantas veces te lo tengo que decir?, Como voz bien decís, Potter, tiene un talento especial para salir de los problemas, cosa que tu no.

Ah, que sos un admirador nuevo, de “San Potter?”- Decía Malfoy.

Sabes que no Draco, pero esta conversación se acabo, No vas a ir, dame tu palabra, o te encierro, aquí mismo hasta mañana a la madrugada.

Esta bien, Flint, no voy a ir, voy a dejar que ese tonto, valla solo- dijo Malfoy, reflexionando - y voy a ver, si en el camino hacia las mazmorras, me encuentro a algún profesor y le cuanto, lo que ese tonto va a hacer.

Así me gusta Malfoy, ahora vamos a la sala común, a ver si nos encuentran aca y nos imponen un castigo.
Apropósito, donde están tus amigotes... Crabbe y Goyle se llaman??... y así, se fueron hablando, escaleras abajo, hasta que la voz dejo de oírse.


Harry, Ron y Hermione, regresaron, lo más rápido que podían a la torre de Gryffindor, se sentaron en sus butacas preferidas, y se miraron.

Que hacemos? – pregunto, ron- a mí me parece que Malfoy, le dijo eso a Flint, solo para no quedarse encerrado, allí hasta mañana, pero parecia muy decidido a ir.

-No- dijo Hermione- ya lo escuchamos, solamente quiero hacer lo mismo que en primer año, hacerte una trampa Harry..

Harry, no sabia que pensar por un lado, si Malfoy, iba al duelo, y el no, quedaría como que tenia miedo de enfrentarse a el; pero si realmente era una trampa, y cuando llegaban al lago se encontraban con Snape...
Consulto el reloj, solo faltaban 10 minutos para la reunión...

Vamos a ir- dijo casi en un susurro, llevaremos la capa de mi padre y el mapa.

No, Harry, dijo Hermione, nos van a encontrar y nos expulsarán!.
Si tu no quieres ir no vallas, dijo ron frunciendo el ceño, pero déjalo decidir, a el.

Así que los 3 se dirigieron hacia el lago, bajo la capa de invisibilidad.
Cuado llegaron, no había nadie, ni Malfoy, ni ningun profesor, se escondieron detrás de unos arbustos, y esperaron...

Y EL GRAN RELOJ DE LA TORRE ANUNCIO EL PASO DE OTRA HORA.

Capitulo 11

18 a 19 hs. Por: OlivaNEC,

Para cuando los tres entraron al Gran Salón para cenar, ya había bastante animación, y las mesas de las casas se notaban concurridas. Se ubicaron en la de Gryffindor, no lejos de los Gemelos Weasley, que seguían cuchicheando entre ellos y se callaron al verlos. Luego, George se levantó y fue hacia Harry, adoptando un aire misterioso:
- Es cierto lo que hemos escuchado?- Le Preguntó.
- Sobre qué?- Replicó Harry a la defensiva.
- Bueno... Dicen por ahí que, no conforme con haberte metido en el torneo, ahora andas diciendo que era tu destino lógico, y que además andas retando a Duelo a quien diga lo contrario.-
- Oh, no...- Murmuró Hermione bajando la cabeza. Ya se lo veía venir.
- Que yo QUE??!!- Explotó Harry.
- Tranquilo, Potter, solo te estoy repitiendo un rumor....-
- Pues pueden guardarse el rumor donde ya saben. Estoy seguro que ese fue Malfoy...-
- Entonces, es cierto que vas a pelear con él hoy a la medianoche, en el Bosque Prohibido?-
- Por supuesto que no!- Intervino Hermione.- Sería Harry tan estúpido de acudir a un duelo cuando todos se han enterado?!!-
Ron abrió la boca como para hablar, pero en ese mismo momento su amiga le pateó un tobillo por debajo de la mesa y volvió a cerrarla de inmediato, conteniendo un gemido. Harry, en tanto, sostenía la mirada de George.
- Ya lo escuchaste...- Dijo al fin.- No habrá ningún duelo a medianoche.-
- Ah, me quedo más tranquilo...- Replicó el gemelo, aunque mirándolo con desconfianza.- Además, ya me parecía que Malfoy era demasiado cobarde para meterse en el Bosque Prohibido después de la caida del Sol.-
Volvió a su asiento, y los tres se apresuraron a servirse comida. Mientras llenaba su plato de la fuente de Puré y se agregaba tres o cuatro costillas de cerdo “para ir picando algo”, Ron comentó en voz baja:
- Ese maldito lengua de víbora... No pudo mantener cerrada su bocota.-
- Pero fue lo suficientemente astuto para decir que el duelo sería a medianoche en el Bosque, en lugar de dar la hora y lugar correctos.- Acotó Hermione, mirándolo comer con cierta repulsión.- Por última vez, Harry, intentaré persuadirte de ir...-
- Y por última vez, Hermione, te diré que te calles.- Replicó friamente él.- Si Draco Malfoy está tan ansioso por enfrentarme, no voy a privarlo de ese gusto. Por mi parte, le daré una lección que no olvidará. Sabes que estoy mejorando mucho en hechizos y maldiciones....-
- Si, pero mientras tanto Snape nos está preparando uno de sus castigos, y hasta hiciste enojar nada menos que a Trelawney! Y dos veces el Profesor Dumbledore estaba cerca para evitar que la cosa pasara a mayores... Harry, creo que te está vigilando personalmente.-
- Creía que eso se lo había encargado a Ojoloco Moody...- Intervino Ron entre dos bocados.
- Si, y también él puede estar haciéndolo. Recuerden que su ojo mágico ve a través de las paredes y las capas invisibles...Y además, Harry le prestó el Mapa del Merodeador, así que puede saber en cualquier momento donde nos encontramos. Son demasiadas cosas en contra, Harry...-
Por primera vez en el día, lo que ella le decía parecía afectarlo, así que un rayo de esperanza se iluminó en su rostro... Para desaparecer de inmediato apenas notó que él sacudía la cabeza, como descartando alguna reflexión.
- Ya anduve varias noches vagando por el castillo, y Ojoloco nunca me dijo nada... Y Dumbledore tampoco. No creo que ellos signifiquen un problema... Aunque no me vendría mal tener el Mapa, por si Filch se decide a investigar los Rumores. Estoy seguro que la Sra. Norris los escuchó y fue a contárselos.-
- Bueno...- Suspiró Hermione, resignada.- Entonces, repasemos una vez mas el plan....-
Terminaron la comida cuchicheando. Ron aseguró que tenía todavía media docena de bombas fétidas y tres de humo mágico de colores que le habían dado como regalo de promoción en su última compra en Zonko, e incluso algunas bengalas del Dr. Filibuster, pero Hermione lo interrumpió diciéndole que “no iban a la guerra, para que llevara tanta artillería.” Antes de que los platos fueran mágicamente reemplazados por los postres, Harry aprovechó para guardarse una generosa porción de papas al horno, una docena de costillas y un pastel de carne y verduras que se veía bastante tentador. Metió todo en una bolsa de papel que sacó de su mochila.
- Se los mandaré a Hocicos ahora mismo.- Dijo – No soporto saber que está en esa cueva con Buckbeack alimentándose de ratas...-
- Es cierto...- Dijo Ron, y le agregó seis panes y una tarta de jamón y choclo al botín.- Si hubiera tiempo, hasta le podrías pedir que te recomiende alguna buena maldición...-
- Olvídalo.- Terció Hermione.- Estoy segura de que pondría el grito en el cielo si supiera que Harry va a andar por ahí batiéndose a duelo en los terrenos del Castillo...-
- Bueno, por algunos rumores que escuché, no estoy tan seguro.- Sonrió Harry.
- Oh, son un caso perdido!- Exclamó ella.
Comieron el postre apresuradamente, guardaron dos tartas de crema en la bolsa de provisiones, y la cerraron cuidadosamente antes de levantarse. Cuando ya casi llegaban a la puerta, se cruzaron con Malfoy y su habitual grupo de seguidores, que llegaban tarde a cenar. Draco y Harry se detuvieron uno frente al otro, echando chispas por los ojos.
- Espero que no olvides nuestra cita, Potter...- Masculló Malfoy.
- Por nada del mundo...- Replicó Harry- Y espero que no seas un cobarde como en primer año, porque te iré a buscar hasta tu sala común si es preciso.-
Malfoy iba a replicar, cuando cerca de ellos estalló la voz del Profesor Karkarov.
- Vamos, vamos, circulen, que están en medio del paso!-
Y, sin esperar contestación ni dar tiempo a que se apartaran, ingresó en el Gran Salón seguido por su grupo de alumnos de Durmstang con sus túnicas rojo sangre. Al pasar frente a ellos, Viktor Krum saludó con una ligera inclinación de cabeza a Harry y dedicó una especie de sonrisa a Hermione, que hizo que las orejas de Ron se pusieran más coloradas que la túnica del mundialmente famoso Buscador.
Malfoy y su grupo aprovecharon para escabullirse tras ellos, y los tres amigos subieron a la lechucería. Hedwig había estado bastante inactiva ultimamente, y como sólo la habían usado una vez para enviar mensajes a Sirius en la cueva de Hogsmeade, Harry decidió que bien podía encomendarle el paquete de comida. Como pesaba bastante, Ron reclutó a un buho del Colegio para que le ayudara a cargarlo, y diestramente ataron una cinta a la pata de cada uno para que llevaran el peso repartido, soltándolos en el cielo rojizo del atardecer.
Mientras los veía alejarse, Harry contempló el sol poniente, y sintió una punzada en su cicatriz. Frunció ligeramente el ceño, pensando “Lo único que me faltaba, hoy!”, pero no dijo nada para no alarmar a sus amigos. Solo por un momento, se le cruzó por la mente preguntarse si Draco no lo estaría atrayendo a una trampa, pero lo descartó de plano: Lucius Malfoy jamás confiaría en su hijo para algo así, era demasiado impetuoso.
Mientras bajaban la escalera, sintieron el ya familiar taconeo de la pata de palo, y al doblar el recodo del corredor se toparon de frente con Alastor “Ojoloco” Moody, que parecía haberlos estado siguiendo con su gran ojo azul de movimiento múltiple.
- No es un poco tarde para enviar correo?!- Preguntó a modo de saludo.
- Es... Es una entrega especial, Profesor.- Replicó Hermione.- El Profesor Dumbledore ya está al tanto, y...-
- Oh, si Dumbledore está al tanto no veo problema.- Gruñó Ojoloco.- Pero además, Potter...- Se acercó a él fijando ambos ojos sobre los suyos, como queriendo leer en su mente.- No me gustan algunos rumores que corren por ahí. No estarás planeando nada extraño que pueda meterte en líos, no es cierto? Nada de aventuras de Medianoche?-
Harry sostuvo la mirada de aquel gran ojo azul sin pestañear, aunque le costaba un tremendo esfuerzo. Ni siquiera ante los hipogrífos le había costado tanto.
- Solo pienso en el Torneo, Profesor...-
- Y espero que sigas así, Potter. Esta noche, te quiero en tu cama a tiempo.-
- Le prometo que a las Diez en punto estaré acostado, Señor...-
- Y por qué no antes?-
- Tene... Tenemos tarea!- Intervino Ron, algo nervioso.
Moody lo miró con su ojo mágico, murmuró algo para sí y miró a Hermione, que ponía su mejor cara de inocente y preocupada por los deberes.
- Muy Bien!- Gruñó finalmente.- Vayan a su sala común!-
Se alejó rengueando hacia otro de los corredores. Ellos se apresuraron a poner distancia, sin decir una sola palabra hasta que hubieron bajado dos pisos.
- Bien contestado, Harry!- Lo felicitó Ron.- Una respuesta a prueba de Veritaserum!-
- Este día ya tuve bastantes líos con profesores...- Dijo Harry.- Vamos, solo queda una hora para la cita, y tenemos que prepararnos.-
Apuraron el paso hacia el retrato de la Dama Gorda, mientras EL GRAN RELOJ DE LA TORRE ANUNCIABA EL PASO DE OTRA HORA.

Capitulo 10

17 a 18 Hs. Por: Azul Montero

Harry, Ron y Hermione caminaban por los pasillos de Hogwarts camino a la biblioteca,
Lo que temo- decía Hermione- es que te haga lo de la última vez, Harry, sabés que Draco haría lo que fuera por sacarte de Hogwarts.
Si-acotó Ron- como que sabe que mientras estés acá no podrán ganarle nunca al quidditch a Gryffindor...
Va mas allá de eso, Ron-contestó Hermione algo fastidiada-no te olvides que los Malfoy eran partidarios de tu-sabes-quien...
¿De Voldemort?-preguntó distraído Harry a lo que Ron le respondió con piel de gallina en los brazos-¡por las barbas de Merlín, no digas ese nombre!
Llegaron a la puerta de la biblioteca y entraron, Hermione tomo unos cuantos libros de transformaciones y los llevó a la mesa en la que Harry y Ron ya habían desplegado papiros y plumas, pero antes de abrirlos dijo, A ver chicos, planeemos bien lo de esta noche, Harry podríamos ir a.... pero un fuerte golpe la interrumpió- ¿QUÉ HACES; RON?
Lo siento Hermione-Respondió este que acababa de dar un fuerte golpe con el libro “guía ligera de las transformaciones” sobre la mesa- es que parece que hay plaga de escarabajos, está lleno de ellos, me encuentro con escarabajos en todas partes, y son todos enormes y gordos como ese...¿ves? Levantó el libro y debajo de el salió rápidamente volando hacia la ventana un escarabajo gordo muy maltrecho- ufa, dijo Ron- se me escapó.
Claro respondió Harry le pegaste con la guía ligera, tendrías que haberle dado con este. En su mano tenia “de mastodonte a ropero, manual de transformaciones de grandes seres.”
Hasta Hermione rió.
Bueno, basta de chistes, nos encontraremos en la sala común una hora antes de lo que pactaste con Draco, traigan sus varitas y tu Harry no te olvides de la capa, Ron seria conveniente que le pidieras a tus hermanos un par de bombas fétidas por si tenemos que cubrir nuestra retirada, nos esconderemos detrás de la estatua de Hengist de Woodcraft que está cerca de la sala de trofeos, desde allí vigilaremos, y si aparece Filch o- carraspeó- alguien mas podremos ir por el pasadizo que se abre desde allí hasta el pasillo del cuarto piso, ala oeste. Y desde allí podemos tomar la escalerilla que está detrás del tapiz de los centauros, que nos deja dando la vuelta del pasillo de la señora gorda así volveremos sin que nadie lo note, si no, si aparece Draco, dejamos tu capa adentro de mi mochila y entramos después de él.
-parece que tenés todo planeado, ¿no?- dijo Ron
Si Ron- respondió Hermione cansinamente- yo uso mi cabeza para pensar, no para decorar el espacio entre mis hombros
¿Querés decir que nosotros no pensamos?-dijo Ron empezando a enojarse-porque si es así te quiero decir que...
No Ron, no creo que Hermione nos haya querido decir eso-dijo Harry
Por supuesto que no-dijo Hermione- y miró a Ron de una manera extraña – es solo que a veces tu no me ves... digo yo... no sé que iba a decir, Ron discúlpame – dijo mientras se ponía colorada como un tomate.
Tras un embarazoso silencio, Harry propuso
¿Empezamos la tarea?, quizás acá encontremos un hechizo para echarle a Malfoy
Pero Harry -dijo Hermione- esto es para Híbridos no para seres humanos
Pero Draco si que es un híbrido, es mitad insoportable y mitad fanfarrón ¿o no?
Los tres se rieron fuertemente lo que provocó una mirada furiosa de Madam Prince.
Hermione carraspeó, abrió uno de los libros y se puso a buscar información para la tarea, mientras Harry tomaba otro de los libros y Ron escribía en la parte de arriba de su papiro, con su letra grande y despareja “Transformación de híbridos”. Poco a poco se fueron sumiendo en un silencio solamente interrumpido por el rasgar de las plumas sobre el pergamino y las hojas de los libros que daban vuelta. Hermione escribía febrilmente y no le llevó mucho tiempo, aun con su diminuta letra ,completar no dos sino tres pergaminos, Ron que todavía no completaba el segundo la miró desesperado, ya no sabía que mas escribir, -A ver dame eso- dijo la niña.
Hermione gracias yo...-respondió Ron tímidamente
No lo hago por ti, sino por Harry, el nos necesita esta noche, así que no te puedes quedar haciendo tarea en la sala común. ¿Ves?, aquí podrías agregar un párrafo sobre los hechizos necesarios para revertir los errores en la transformación si el ser transformado te ataca, y podrías concluir enumerando las leyes de 1518 sobre las responsabilidades adquiridas al transformar híbridos y las limitaciones impuestas por la regulación en la creación de nuevas especies mágicas.
Ron se apuró a copiar, mientras Harry enrollaba ya sus papiros, Hermione miraba pensativamente por la ventana abierta
-Me pregunto como hará esa asquerosa de Skeeter...-

Y EL GRAN RELOJ DE LA TORRE ANUNC IO EL PASO DE OTRA HORA

Capitulo 9

15:00 a 17:00 hs.: Por: Elora Minerva McGonagall

La clase de Transformaciones había resultado mas larga que de costumbre. Habían terminado el trabajo de transformar gallinas de Guineas en conejillos de Indias. A medida que los estudiantes lo conseguían iban guardando los en una jaula grande sobre el escritorio de la profesora McGonagall.
En el pizarrón descansaban sus deberes: “Describe, poniendo varios ejemplos, como adaptar los encantamientos transformadores al llevar se a cabo cambios en especies híbridas. Dos pergaminos.”
Harry y Ron estaban luchando con dos varitas falsas de Fred y George esperando que la campana sonara de un momento a otro.
- ¡Potter! ¡Weasley!, presten atención –La irritada voz de la profesora McGonagall estalló en la clase.
- Potter esta exento de los exámenes de Fin de año pero tú no Weasley- luego sus pequeños y centellantes ojos se posaron en Harry – Y Potter. El torneo exige una gran concentración y nunca se sabe que encantamiento pueda serle útil. Esta claro.-
- ¡ Sí Profesora! – contestaron casi a coro. Harry sostenía una merluza de goma sin cabeza y Ron intentaba ocultar un loro de hojalata.
Hermione parecía ausente a pesar de que su encantamiento había funcionado brillantemente y la profesora le otorgó 20 puntos a Gryffindor. No había emitido ningún comentario desde lo ocurrido en Pociones. Hasta la salida de la clase de Transformaciones hacia el gran comedor: - ¿Cómo lo hace?- dijo de repente en un tono similar al que la profesora McGonagall había utilizado para reprenderlos.
- ¿Quién? ¿ De qué hablas?- preguntaron Harry y Ron casi al mismo tiempo.
- De Rita Skeeter. ¡Miren, me los presto Parvati en Pociones- y les puso bajo las narices un ejemplar de “El Profeta”. Una fotografía en color de Harry encabezaba un pequeño artículo titulado “La vida de Harry Potter siempre pende de un hilo”
El articulo comenzaba con...
“ La vida de Harry Potter a estado manchada por sucesos terribles y devastadores . Una horrible cicatriz no le permite olvidar su terrible pasado.
Hoy día no es menos difícil desde su escandalosa entrada al ahora Torneo de los Cuatro Magos que exige una excelencia mágica superior a la que este pequeño niño posee... No le ha sido menos dichosa su suerte. Durante la primera prueba del torneo demostró destreza y agallas para escapar de las garras de un gigantesco dragón colacuerno húngaro, furioso y altamente peligroso... Durante la segunda prueba nuestro pequeño héroe demostró un gran corazón e inocencia al rescatar del fondo del siniestro lago del colegio Hogwart no sólo a su mejor amigo sino también a la hermana menor de uno de los otros campeones...”
- y continua aún peor,- dijo Hermione brillando de rabia- “ Ahora obteniendo algo de paz nuestro joven héroe tendrá que invitar a alguna joven para que sea su pareja de baile en el tradicional baile del colegio...¿Quién será la elegida???”

Hermione continuo – Corazón de Brujas no mejora tu situación. Rita agrega una lista de posibles candidatas para ser tu pareja en el baile y una selección de finísimas túnicas de gala que te quedarían muy bien.... todo según Rita Skeeter.-

Harry no daba crédito a la que leía - ¿ Cómo sabe tanto si tiene la entrada prohibida a los terrenos del colegio?- Dijo Ron ojeando Corazón de Brujas.

-No importa cómo, lo importante es que lo sabe. ¿Qué ocurriría se entera del duelo con Malfoy?- dijo Hermione mirándolos a ambos como la profesora McGonagall unos minutos atrás.
-Supongo que tendré que ser cuidadoso.- dijo Harry lacónicamente y le entregó el ejemplar de “El Profeta”.- Harry ...- comenzó a protestar Hermione, pero Harry la interrumpió – no Hermione. Voy a ir . No soy cobarde.-
-Bien- comenzó Hermione con un brillo en los ojos- no te pido que seas cobarde sino astuto- Ron y Harry la miraron pasmados- revisemos el terreno del duelo antes que se produzca y estemos en ese sitio con la capa de invisibilidad antes de la hora programada si es una trampa estaremos listos- termino Hermione triunfal.
- Hermione...Brillante.... Espeluznante pero brillante... a veces me sorprende. De veras.- dijo asombrado Ron que no dejaba de mirarla.
- Hermione un poco ruborizada miro su reloj para dejar de mirar al sorprendido Ron y dijo- Bien vamos a la biblioteca todavía tenemos un poco de tiempo para investigar...-
- Y los tres amigos salieron con rumbo a los Dominios de Madam Pince mientras un escarabajo caminaba lentamente sobre la inscripción en la estatua de las Hermanas del Destino: “Lo hermoso es feo y lo feo es hermoso. Volemos a través de la niebla y del aire impuro” WS

Y EL GRAN RELOJ DE LA TORRE ANUNCIO EL PASO DE OTRA HORA.

Capitulo 8

De 14 a 15Hs. Por: Lucy Weasley

-Pasa que el que está a cargo de la clase, y discúlpeme señor director, soy yo. Y como sé que si uno no les está encima y les marca los errores, esta clase de alumnos no se dan cuenta lo que acaban de hacer!- Dijo Snape, luego de darse vuelta sobre sus talones para dirigirse a Dumbledore.
-No valla a pensar que intenté desautorizarlo delante de sus alumnos, usted bien sabe que yo confío en usted- todos los Gryffindors se miraron con caras de asombro e incógnita, preguntándose cómo podía ser que le tuviera confianza justo a él ¡Era Snape! Ya comenzaban a creer lo que muchos aseguraban: que Dumbledore estaba loco!- pero, Severus, no le parece que los alumnos están bastante atareados y convulsionados con el Torneo como para andar sacándole puntos! Adiós, profesor!!!- Y saludando, moviendo sincrónicamente los dedos de la mano derecha, cerró la puerta detrás de sí.
Los tres amigos que entre tanto habían ido desviando sus miradas entre los dos interlocutores que estaban ¿peleándose? por definir su futuro, y después de haberse quedado con la imagen del director yéndose del aula con una sonrisa en los labios pero con un comentario perturbadoramente extraño, debían dirigir sus miradas a un Snape confundido pero que a medida que Dumbledore se alejaba transformaba su gesto a una evidente furia que los tendría a ellos como destinatarios, entonces fue que se acercó a ellos muy lentamente, siempre erguido, mirándolos fijamente y con el ceño fruncido pero a la vez con una leve sonrisa, como si en el trayecto estuviese pensando que castigo podría imponerles y gozara con eso. Aunque también podría estar disfrutando de lo que todos los Slytherin disfrutaban que era de la cara de ellos tres, o de que Ron tironeaba de la túnica de Hermione para taparse.
Cuando al fin llegó, se abalanzó sobre Harry:
-Potter, usted, siempre queriendo ganar protagonismo!, sino es colándose en un Torneo que no le corresponde, es parándose en medio de una clase cuando debería estar haciendo una poción, pero siempre con el apoyo del Director.
A Harry, en ese momento le hubiese gustado que se lo trague la tierra, pero no quería que se notase que le tenía miedo a su profesor, se esforzaba por pensar que ya había pasado por cosas más terribles: que había tenido que enfrentarse a Voldemort varias veces; es más, era uno de los pocos que podía nombrarlo; se encontraba en medio de un Torneo al que no se había notado y del que no se encontraba preparado para competir ni para ganar; de repente se le ocurrió que era más fácil de disipar el temor por el Boggart del año pasado que el miedo por Snape en este momento y pasó a imaginarse en que podría pensar de grotesco como para que se convierta su profesor y se le vino a la mente la imagen, que había visto el año pasado, de Snape vestido grotescamente como la abuela de Neville, de repente y saliendo de sus pensamientos, sintió que lo zamarreaban con lo que giró su cabeza hacia su brazo y descubrió que su profesor era quien lo sujetaba, por eso dirigió su mirada hacia los ojos de éste de los que se desprendían chispas de odio, como si le hubiera leído la mente y se hubiese visto a sí mismo vestido de esa manera…
- No se vive sólo de la fama, Potter, haber sobrevivido cuando era un niño no quiere decir que siempre saldrá bien parado de todas las situaciones-y en ese momento frenó sus palabras- Para no perder más tiempo, vallan a sentarse a los lugares que les asigné, que mañana les diré cual será su castigo, tendré que pensarlo muy bien…mhm… después les diré!
Con la cabeza gacha los tres alumnos volvieron a sus lugares, sólo se dirigieron una mirada de alivio preocupado por lo que les vendría, seguramente cuanto más pensara el castigo más cruel sería, en el fondo hubieran preferido que le quitasen puntos a su casa…
Cuando llegaron a sus bancos, la que mejor la pasó fue Hermione que encontró a Parvati con la poción casi lista aunque no había podido estar revolviéndola permanentemente a causa de la resistencia que habían presentado unas algas plateadas que era la primera vez que Hermione veía con lo cual le ayudó a cortarlas mientras Parvati verificaba si se había pegado la poción de color violacio que luego de ponerle las algas comenzó a tomar una tonalidad lila.
En cambio Harry, la pasó verdaderamente mal cuando llegó a su asiento, y no precisamente por tener que hacer la poción o ayudarla a hacer, sino por el compañero que le tocó en suerte (si es que la decisión de Snape se le puede llamar suerte).
Cuando se estaba dirigiendo al lugar donde Draco estaba sentado junto al caldero ya ceía que éste tenía ese brillo en la mirada y que empezaba a murmurar cosas:
-Qué estaban hablando la sabelotodo, el pobretón y vos? Se puede saber? Acaso estaban planeando cómo hacer para que los castiguen y tener la excusa perfecta para no ir a algún compromiso que tenés esta noche?- Por supuestoque Malfoy arrastró las últimas palabras cuando las pronunció, pero así y todo Harry no le contestó.
-Pero si ahora tenés hasta el loco de Dumbledore de cómplice, no? Claro! San Potter no sólo tiene de su lado a la Jefa de su Casa sino, también necesita al Director!- y así le siguieron una cantidad de barbaridades mientras que Harry no hacía más que contenerse de golpear a Draco, con la esperanza de que a la noche iba a lograr vencerlo en el duelo, pero la paciencia se iba agotando poco a poco, a medida que iba escuchando que los inventos de Malfoy acerca de cómo fue que el cáliz lo eligió se convertían en insultos sin sentido muy bien disimulados pero agravados por ese arrastre característico de las frases, llegó un momento en que escuchó algo sin sentido que involucraba al “loco” de Dumbledore, a Mc Gonagall y a Sirius que complotados habían chantajeado al Ministro de Magia para que él pudiese competir en el Torneo; y en el momento en que se estaba levantando para golpearlo escuchó un grito desesperado de Ron pero para cuando se dio vuelta para ver que es lo que ocurría sólo vio a su mejor amigo corriendo hacia el otro lado de la mazmorra y como un líquido anaranjado salpicaba hasta muy cerca de él a pesar que se encontraba en el fondo del aula y Neville casi al lado del escritorio de Snape. Y casualmente se comenzaron a escuchar los bramidos de éste en contra del pobre Neville que temblaba como una hoja a punto de ser despegada de su rama, por el viento despiadado del otoño:
-No puede ser que los Gryffindor no sirvan para otra cosa más que para arruinar mis clases, y ni qué preguntar quien fue el causante de la explosión si el mejor explota-calderos del mundo mágico está en este curso. Sabe qué, señor Longbotton, al finalizar sus estudios en esta casa, si es que queda en pie luego de todas las explosiones que le falta experimentar, puede especializarse, aunque no creo que le falte demasiado perfeccionamiento, y ser profesor de sabotaje de pociones. Ni un muggle, ni un squib hace las cosas tan mal como usted, para colmo manchó todos los papeles que tenía sobre el escritorio con ese líquido que ni se parece a lo que debía terminar siendo la poción, pero su castigo será el mismo que el de sus compañeros así que deberá esperar, usted también hasta mañana para enterarse cuál será.- todo esto, para alegría de Neville se lo gritaba de dos metros de distancia ya que aparentemente no quería ensuciarse con la poción…
-Y ahora todos al pasillo, porque la clase está por terminar, pero antes deben dejar sobre el poco espacio que gracias al señor Longbotton quedo limpio de mi escritorio una muestra de las pociones que las evaluaré, mientras pienso que castigo impondré a los gryffindors…

Y EL GRAN RELOJ DE LA TORRE ANUNCIO EL PASO DE OTRA HORA.

Capitulo 7

De 13 a 14 hs. Por: Victor Krum

Luego de practicar el embrujo obstaculizador, bajaron las escaleras rapidamente para llegar a tiempo a la clase del profesor Snape.
-Hermione cuando vas a dejar de darnos sermones sobre lo que debemos hacer- inquirio ron con furia
-Cuando tengan la delicadesa de portarse bien- dijo Hermione de mala forma – Ademas se lo vuelvo a repetir si castigan a Harry no podra practicar embrujos para la ultima prueba del torneo de los tres magos ¿Entienden ? No es tan difícil de comprender –
-Esta bien lo comprendemos –dijo ron
- Pero Malfoy comenzo, siempre me provoca y yo no puedo ebitarlo ¿Me entiendes tu a mi ahora?- Harry casi no habia hablado desde que habian salido del aula de la profesora McGonagall
-Si te comprendo, pero tu no entiendes que Mafoy solo esta celoso, no es obvio, el cree que tu te las ingeneastes para poder participar del torneo y ademas el caliz te eligio como uno de los campeones ¿Comprendes ahora? –A Harry le parecia muy interesante lo que acababa de decir Hermione
-Entonces si me tiene envidia, intenta hacer que yo sea castigado, para no poder practicar y perder en la ultima prueba del torneo de los tres magos –En ese momento Harry estaba pensando en si debia o no ir esa noche al enfrentamiento con Malfoy
- Ves la razon por la que yo no quiero que vallas al duelo de esta noche, mira si Malfoy le dice a algun profesor, o peor si se lo dice a Filch tendriamos muchos problemas, yo te lo dijo desde ahora no pienso ir a la noche a ese estupido duelo toyo con Draco ¿Entendistes?
-Vamos Hermione va a necesitar ayuda ademas Malfoy ira con Goyle y Crabbe y Harry deberia ir con sus dos amigos ¿ No? O acaso tu no eres su amiga-dijo Ron como intentando empezar otra pelea entre el y Heremione
- Si que lo soy pero no debo apoyar a Harry que tiene la idea de batirse a duelo por la noche – Dijo Hermione muy calmada – Ademas creo que Harry no va ir al duelo de esta noche ¿No?-dijo esta frase con ganas de que Harry le dijera “no Hermione no voy a ir ’’ pero lamentablemente el contesto
-Hermione , por mas riesgoso que sea yo voy a ir no me voy a permitir que Malfoy diga, lo que queda de año , que no me anime a ir en el ultimo instante –
-Pense que te habia hecho recapacitar Harry no pensaba que eras tan testarudo-dijo Hermione casi indignada y bajo rapidamente lo que quedaba de escalera.
Al llegar a las mazmorras se dieron cuenta de que el profesor Snape todavía no habia llegado al aula y todos estaban afuera .Justo cuando habia alcanzado a Hermione para preguntarle que podria haber pasado ella les dijo
-Te acompañare a unque no este a favor de tu duelo con Malfoy –
-Entren eh llegado tarde por que eh ido a hablar con el director –Ellos no se habian dado cuenta de que el profesor Snape habia llegado .
-Tu que crees que haya hablado con el profesor Dumbledore- le pregunto Hermione a ron y a Harry
-Eso no es de su incumbencia –respondio Snape de mal modo-Y para que no molesten mas en la clase los separare : Nebille con Weasley, Patil con Granger y Potter con Draco-luego de que el profesor dijerqa eso cada uno de ellos se fue donde Snape le habia indicado-Hoy realizaremos una pocion de a dos juntence en grupos y copien los ingredientes, estan en el pizarron , tiene una hora y media- Luego de pronunciar esa frase todos se juntaron en grupos de a dos menos ellos seis que el profesor ya los habia acomodado a su manera. Cinco minutos después de eso , el profesor Dumbledore entro al aula
- Profesor Snape podria hablar con usted un segundo –
- Si claro – Respondio rapidamente Snape
Salio el profesor del aula, en ese instante Harry, Ron y Hermione se juntaron en un rincón del aula
- Tu que crees que este pasando con el profesor y el director –pregunto
Ron
- Yo creo que tiene algo que ver con la ultima prueba del torneo de los tres magos – Dijo rapidamente Hermione
- 30 puntos menos para Gryffindor por estar parados – Snape habia entrado al aula mientras ellos estaban parados y los habia visto hablar
- No le quite puntos yo creo que se pararon solamente por que usted los separo- El que habia hablado en ese instante habia sido Dumbledore
Y DE REPENTE
EL GRAN RELOJ DE LA TORRE ANUNCIO EL Paso de otra hora

Capitulo 6

De 12 a 13 hs., por: Fleur Delacour

Luego de haber escuchado eso se dieron cuenta de que tenían que contárselo a Hermione .Bajaron rápidamente las escaleras para llegar donde estaba hermione, le contaron lo sucedido y ella respondió:
- Puede ser como la ultima vez que ella dijo que el vasallo se iba a juntar con su amo ¿no?-
- Creo que si – Harry no había pensado en que lo que acababa de decir la profesora hubiera sido verdad
- Harry no debiste contestarle mal a la profesora y si llegaba a sacarte puntos o si te castigaban no ibas a tener tiempo de practicar hechizos para la última prueba, eso fue muy tonto de tu parte. –le reprocho hermione
- Bueno no fue su culpa , ella siempre lo provoca tarde o temprano le tenia que contestar ¿no?- dijo de mal humor ron
- Si pero recuerda que ella es una profesora y tiene mas autoridad que un simple estudiante ,como nosotros.-
- Ya van a empezar a pelearse como siempre –les dijo harry casi gritando
- Bueno esta bien, mejor me voy a hablar con víctor.-
- Si vete a halar con vicky-dijo ron de mal modo
- Nose que le ve a víctor krum-
- Bueno-dijo harry deteniéndose a pensar-Es mayor que nosotros, ¿no? Y es jugador internacional de Quidditch…
- Si, pero aparte de eso…-continuo ron, que parecía exasperado-No se, es un quejoso y un imbecil ¿no?
- Un poco quejoso si es – admitió harry
- Mejor vallamos al comedor
- Esta bien
Entraron en el gran salón y miraron a la mesa de Slytherin y se encontraron con la cara de malfoy y sus compañeros que llevaban puestas las insignias que decían
<>
Ron al verlas acompaño rápidamente a Harry hasta la mesa de Gryffindor. al llegar allí comieron poco por que habían quedado con hermione de ir a practicar un poco luego de comer .Al levantarse vio a Cho Chang ,una hermosa chica de Hufflepuff pero harry sabia bien que ella estaba saliendo con cedric . Volvió a sentarse pero ahora se sentía mucho mejor que antes.
-¿Ya nos podemos ir?
- Si vamos
Al llegar a la puerta harry se dio cuenta de que malfoy no estaba donde haces minutos estaba sentado .Pero no tardaron mucho en encontrárselo, es mas, parecía que los estaba esperándolos.
-Eh Potter , estas seguro de que no tienes miedo no valla a ser de que yo te tenga que esperar y no vallas ¿ no?-
-No quieres hacerlo ahora total que mas da ahora en la noche –Harry se acercaba a Malfoy con su varita en alto de repente se escucha una voz de mujer .
- Potter , Malfoy , Weasley ,Goyle y Crabbe 10 puntos menos por cada uno de ustedes como es eso de andarse peleando por los pasillos .Potter y Weasley la señorita Granger los esta esperando en mi aula . Solo tuvieron 10 minutos para practicar el embrujo obstaculizador por que Hermione les había dado un gran sermón sobre lo que no debían hacer en los pasillos del colegio y entonces
.
El gran reloj de la torre anuncio el paso de otra hora

Capitulo 5

De 11 a 12 Hs.
(No tiene autor asi que si alguien se hace responsable avise así editamos el texto)

…La profesora Sibill Trelawney caminó maliciosamente hacia los cómodos almohadones en donde Harry y Ron se encontraban sentados. Sus ojos escondidos tras la mole de vidrio de sus anteojos, veían lagrimosamente la cara de Harry. Sus manos, las cuales sostenían temblorosamente los innumerables y abrigadores chales multicolores, comenzaron a elevarse y con sus esqueléticos y avejentados dedos, apuntó directamente hacia los ojos de un muchacho de ojos verdes y pelo negro azabache revuelto. De los ojos de la mujer que se encontraba postrada en medio de la torre de adivinación, brotó una lágrima, una lágrima de falsedad y actuación pensó Harry, quien se preparaba para recibir la predicción de su muerte.
-¡Pobre muchacho!-otra lágrima caía de sus ojos y era acrecentada por el aumento de los anteojos-¡Pobrecito! Los dotes que me fueron heredados hicieron que perciba que la misma muerte acabó de pasar por esta aula hace unos instantes-inmediatamente calló en un falso ahogo suyo.
-¿Y qué es lo que me espera ahora?-preguntó Harry elevando su voz al mismo tiempo que su cólera aumentaba-¿De que forma voy a ser asesinado este año?
-Muchacho tan inocente e ignorante a la vez-aclaró la profesora Trelawney resaltando aquello de ignorante con una voz más potente que la normal- ¡Ay que tonta fui! Nunca logro recordar que ni tu, ni ninguno de tus fieles y leales amigos poseen el maravilloso y muy útil don del ojo interior.
-¡Utilísimo! El año pasado su tan maravilloso don solo sirvió para crear falsas amenazas-exclamó Harry ahora ya muy colérico y ruborizado- A ver, si es tan amable de comunicarme de qué forma voy a morir este año. De esa manera podré agregar un punto más en su lista de fracasos..
-¡Mocoso insolente!¡Cómo te atreves a contestarme de esa forma!- gritó la profesora Trelawney sosteniendo con fuerza sus chales y mirando fijamente a Harry desde sus anteojos, los cuales reflejaban los vapores de diversos colores que los sahumerios arrojaban desde las mesas- ¡50 puntos menos para su tan dichosa y gloriosa casa! Y en cuanto...-pero su grito colérico fue interrumpido por una potente voz que provenía desde la entrada a la torre.
-Nadie quitará puntos a ninguna casa-la voz provenía de una figura distorsionada por los vapores y los humos que hacían dormitar a la mayoría de los alumnos que asistían a clases de adivinación- Profesora Trelawney, creo que debería ser un poco más paciente con sus alumnos. De lo contrario, dejarán de respetarla-
-Lo tendré en cuenta señor Dumbledore- dijo la profesora con un tono tembloroso y nervioso al mismo tiempo. La figura se acercó hacia las tenues luces que despedían las velas negras y rojas que se encontraban sobre las mesas, y perfectamente se pudo observar la figura de un hombre de pelos y barbas blancas, ojos celestes escondidos tras unos pequeños anteojos con forma de medialuna que cruzaban una enorme mole de nariz aguileña- ¿Desea algo señor director?
-Usted sabe perfectamente señorita Trelawney que solo interrumpiría una clase si algo importante es lo que llevo bajo mis brazos-exclamó Dumbledore claramente, como si lo que hubiera dicho fuera algo más que lógico-Venía a avisarles a mis queridos alumnos que pronto se celebrará la fiesta de gala, y como todos sabemos, es el primer año en el que concurren a una celebración de este tipo- se oían los murmullos de los alumnos que se encontraban en el aula y los ojos de la mayoría de ellos se iluminaron, especialmente los de un par de muchachas que se encontraban sentadas en una mesa cercana a la chimenea. Parvati Patil miró de reojo a Harry y a Ron y sonrió con su típica y tonta risa. Harry y Ron no se entusiasmaron mucho, por lo contrario, por sus expresiones parecería que hubieran recibido la peor noticia que pudieran oír- Calma, calma. Antes que nada deber saber que para concurrir deben llevar consigo en forma obligatoria una pareja y solo podrán ingresar al salón de fiesta, que, como todos los años, será el salón comedor, si visten una túnica de gala- exclamó Dumbledore mirando con sus ojos brillantes hacia la clase que lo miraba con mucha expectativa y excitación-Se que faltan unos cuantos días para que llegue el día de la celebración, pero me resulta, a mi parecer, una obligación informarles solo para que se preparen-agregó Dumbledore mirando ahora hacia los almohadones donde Harry y Ron se encontraban y guiñándoles un ojo en forma alegre y amistosa.
La profesora Trelawney se había dirigido silenciosamente hacia su aparentemente cómodo sillón que se encontraba frente a la chimenea y observaba al viejo de barbas blancas que charlaba con los alumnos y los acompañaba en su sentimiento de entusiasmo. Ella, por su parte, reveló en forma directa su desprecio hacia la celebración que tanta euforia producía en sus alumnos, mostrando una expresión de desprecio y rechazo. Trelawney continuó escuchando malhumorada, el discurso interminable de Dumbledore.
-Bueno, creo que eso es todo lo que básicamente deben tener en cuenta para ese día al que espero que concurran con el mismo entusiasmo que siento ahora en este ambiente- exclamó Dumbledore dibujando una sonrisa en sus labios. Luego, levantó su cabeza para agradecerle a la profesora por haber permitido la interrupción de su clase, pero se encontró con una situación con la cual no había previsto enfrentarse. De su cara, se borró la alegre y amistosa sonrisa, y de sus ojos, dejó de emanarse el brillo, para así, dar lugar a una expresión de preocupación.
Harry giró sobre el gran almohadón donde se encontraba sentado y sorpresivamente se encontró con una situación con la que ya se había enfrentado pero que igualmente lo descolocó. La profesora Trelawney se encontraba tomada con fuerza del respaldo de su sillón y con sus ojos, completamente blancos miraba hacia la clase. Harry recordó que el año anterior había sucedido lo mismo, cuando ella había entrado en un verdadero trance. La profesora dio un paso, y luego otro más, y a medida que se acercaba a Dumbledore los alumnos se alejaban de sus asientos y se colocaban contra las esquinas más alejadas. Cuando ella estuvo justo delante de Dumbledore, subió su cabeza y aún sosteniendo sus chales exclamó con una voz que no era la suya, una voz de la que muchos podían temer- “Será este el año en que el vasallo y su amo lo tomarán al niño que vivió, y será por la carne del que se le acercó, el hueso del que lo concibió y la sangre de quien lo condenó, que el más temido del lado oscuro, sus fuerzas retomará y sus alianzas reforzará”-inmediatamente dicho esto Trelawney cayó de espaldas al cálido suelo de la torre bajo la curiosa y miedosa mirada de todos los alumnos.
-¡Bajen inmediatamente al comedor!-gritó Dumbledore a sus alumnos mientras con un movimiento de su varita convertía una vela en una camilla que rápidamente bajó por la escalera llevando encima a la inconsciente profesora de adivinación. Harry miró al asustado Ron, al mismo tiempo que el gran reloj de la torre anunció el paso de otra hora.

Capitulo 4

10 a 11 Hs.
Por Morena y Cía

...y al oír las campanadas, Harry pensó en que todavía faltaba media hora mas de cuidado de las criaturas mágicas.
Hagrid les había propuesto el siguiente trabajo, debían estudiar las costumbres de los escarabatos cuando no tenían oro por buscar, y sus costumbres alimentarias. pero los bichitos, una vez que se sumergieron en la tierra un par de veces para no encontrar nada, se tiraron a dormir pesadamente y no hubo bocadillo que les ofrecieran que pareciera tentarlos, así que Hagrid les alcanzó las cajas y los acomodaron para que siguieran con su sueño, Hermione tomó una pluma y anotó en un pedazo de papiro: investigar en la biblioteca si existen antecedentes sobre sub-especies hibernadoras de escarabatos, en que zonas geográficas habitan, y si varía su hábito alimentario.
Finalmente la clase de cuidado de las criaturas mágicas terminó, para alivio de Harry, Ron y Hermione, ya que Draco y su pandilla no habían podido hacer nada por arruinar la clase de Hagrid- aunque debía reconocer que aún así la clase había sido bastante aburrida.
Subieron por los terrenos del castillo hacia la gran puerta de roble, Hermione estaba muda, y con una expresión en el ceño que la hacia parecerse a Mac Gonnagall, finalmente, cuando llegaron al gran hall, Hermione se despidió algo fría, para ir a la clase de Aritmancia, ¿cuando madurarán estos dos?- se preguntaba.

Harry y Ron siguieron subiendo escaleras para ir a la clase de adivinación, en uno de los descansos se cruzaron con Sir Cadogan, que los desafió a un duelo, y como ellos lo ignoraron, los siguió por varios cuadros (-viles bellacos, huís como ratas que huelen el peligro- les dijo) hasta que finalmente cayó de su caballo en un cuadro que tenía una pequeña loma y un lago y se quedó allí tendido, mientras unas brujas que se estaban mojando los pies hacían risitas tontas. El desafío de Sir Cadogan trajo a la mente de Harry de nuevo el duelo –Lo haremos- le dijo a Ron- sé que Hermione tiene razón y Draco es perfectamente capaz de delatarnos, pero podemos ir con la capa de mi padre , y recuerdo que en el mapa del merodeador había un pasadizo detrás del tapiz de la promoción del año 538 que estoy seguro que Filch no conoce-concluyó, lamentaba no tener mas el mapa, pero no creía que pudiera pedírselo a Moody, tendría que explicar para que lo quería, y no creía que ojoloco aprobara que anduviese de nuevo de noche por el castillo.
Llegaron finalmente a la escalerilla que llevaba a la sala de adivinación y subieron. .
-bienvenidos nuevamente- dijo la profesora Trelawney suavemente- es grato encontrarnos de nuevo en el mundo terrenal-
Harry se sentó junto con ron en unos almohadones lejos de la profesora, pero esta se acercó donde estaban ellos y le dijo a Harry.- querido niñito, los cielos te favorecieron la ultima vez, ya que un cometa que pasó por Neptuno y se dirigió a Marte en una elíptica, hizo que estuvieras a salvo en el agua, pero si prestas atención al ángulo que describe Marte en su órbita, me temo que la muerte se acerca a ti de manera galopante- y se alejó de ellos estrujando sus chales como si estuviera angustiada y diciendo- a veces es una cruz tener el don del ojo interior...- Harry y Ron se miraron azorados, y se taparon la baca para no dejar escapar una risotada, la profesora Trelawney se paró frente a la chimenea y se dirigió a todos- seguiremos hoy escrutando las verdades que los cielos nos predicen, observen sus mapas astrales y anoten en un papiro cual es el destino de aquellos que nazcan hoy a las 10:44 en el paralelo 54 y compárenlo con el de aquellos que nazcan 45 minutos después en la misma latitud –luego miró a Harry desde lejos y suspiró profundamente, Parvati y Lavender se dieron vuelta y lo miraron como si fuera un moribundo. Todo esto, sumado a los vapores que emanaban de la chimenea, lograron adormecer un poco a Harry, a quien las rayas y puntitos del mapa se le empezaron a borronear... iba volando en una cometa, Neptuno le deseaba buena suerte, mientras Marte lo acechaba detrás de unos meteoritos, pero de pronto se sumergía en el lago y veía a Ron , Hermione, Cho y Gabrielle que estaban jugando al snap explosivo, Ron se daba vuelta y le decía – andate rápido, que no vas a llegar al duelo con Draco- Hermione se enojaba decía- por ir a jugar con ese asqueroso me vas a dejar acá mojándome mirá como está mi túnica- - no te preocupes – agregaba Cho- Cedric seguro que tendrá tiempo para nosotros...-
-¡Harry! ¿Me estás escuchando? le dijo Ron que, sentado al lado de él, no se había dado cuenta que se había adormecido- te decía que me gustaría saber si las chicas nos mostrarían donde tienen a Urano.-
Callate Ron, que ahí se acerca la libélula otra vez- respondió
Mientras tanto, el gran reloj de la torre anunció el paso de otra hora

Capitulo 3

9 a 10 hs. por: Merlina Lupin Turner

... Y Harry noto que por desgracia faltaba una hora y media para que terminara la clase de Hagrid, no por que quisiera que esta terminara, aunque los escarbatos le estaban resultando algo aburridos, sino que Malfoy no había conseguido vengarse todavía de Hagrid en ningún momento y aún tenia tiempo. Y estaba seguro que haría lo imposible para tratar de dejarlo en ridículo, como lo hacia siempre, cuando Hagrid lo remendaba y le bajaba puntos a su casa. Así que él lo vigilaría constantemente.
Pero un pensamiento cruzó sin razón por la cabeza de Harry, la imagen de su padrino, aunque no fue esta vez su falta de alimento y descuido lo que ahora lo preocupaba, sino lo que habían hablado. Le comenzó ha surgir una repentina preocupación por el señor Crouch. Ya le habían enviado la carta ha Percy, pero este no la había contestado y el señor Crouch seguía sin dar rastros de mejoramiento o de vida siquiera.
-¿Harry que sucede?- le pregunto Hermione por detrás de su hombro, que lo hizo volver en sí de un sobresalto. Y darse cuenta de que su escarbato ya no estaba sujetado, y se había ido de paseo valla saber uno donde.
-Nada, es que estaba pensando, que el señor Crouch todavía no ha aparecido y Percy no nos ha contestado y quizás le este pasando algo grave de verdad “acuérdate lo que nos contó Hocicos”, aparentemente Crouch no es de las personas que abandonaría su trabajo por que tienen un simple resfrió- le susurró Harry al oído.
- No hay que coquetear en las clases Potter, si quieres hacerlo espera llegar a tu sala común- dijo la asquerosa voz de Draco Malfoy, por detrás de ellos. Que hizo que Ron les pusiera atención en un minuto.
- Cállate Malfoy, no te metas en asuntos...- le intento terminar de contestar Hermione, pero este la interrumpió.
- ¿...De novios? – le dijo con una sonrisa burlona en su cara.
-¡ Ellos no son novios!!- grito Ron desde las espaldas de Malfoy.
- Uuuuh miren quien esta celoso, chicos- les dijo a sus enormes amigotes.
-Yo no estoy celoso, eso es imposible, ¿por qué lo habría de estar?- le contesto nerviosamente Ron poniéndose completamente colorado.
-No se, pregúntale a tu cara, Weasley- dijo Malfoy riéndose a carcajadas. Quien hizo que la cara de Hermione se pusiera igual que la de Ron.
-Déjalo Malfoy o te voy a... - dijo Harry con aire desafiante.
- ¿a que...?- le dijo Malfoy acercándose- si no eres nada más que puras mentiras y patrañas Potter, no has hecho nada útil en tu vida, o por lo menos lo que a mi respecta, si ni siquiera por lo que eres conocido pudiste terminar- dijo Malfoy con una extraña expresión en el rostro, mezcla de burla y odio.
- Ni te atrevas a seguir, Malfoy sino te borrare esa maldita sonrisa de tu cara de niño bonito y ni tu madre te va ha reconocer- le contesto Harry, con una furia en sus ojos que salía como fuego quemándole la cara a Draco. Mientras Harry pronunciaba estas palabras Hermione lo sujeto del brazo tratando de separarlo de Malfoy, a quien se enfrentaba cara a cara.
- Vasta Harry no empeores las cosas- le susurró Hermione.
- Dándole consejos a tu noviecito de cómo pelear, Granger- le dijo Pansy Parkinson a Hermione desde el otro lado.
-Cállate tú, cabeza sin cerebro- le contesto Ron, furioso.
- Mira quien habla, a puesto a que tu padre no tiene plata para comprarte uno no Weasley- le contesto sarcásticamente Malfoy
- Yo no tendré plata, pero mi padre no la ha consiguió perjudicando a la gente como lo hizo tu padre.- le contesto Malfoy
- Yo estoy orgulloso de mi padre Weasley, él tan solo supo aprovechar la situación- le contesto riéndose Malfoy
- Uniéndose con Voldemort, y asesinando igual que él- le grito Harry. Y le quito en un minuto la sonrisa de la cara, a Malfoy. Quien ahora lo miraba con un profundo odio.
- Cómo te atreves a gritar el nombre de El Señor de las Tinieblas, te crees valiente no? Potter, su momento pronto llegará, y tú te someterás a sus peores castigos- lo amenazo Malfoy
- Eso nunca lo permitiré- le grito Harry-
- Ja pretendes enfrentarte tú solo al Señor de las Tinieblas, terminaras igual de rostizado que tus padres- en cuanto Malfoy terminó de decir eso Harry se abalanzó sobre Malfoy pero Ron y Hermione lo sujetaron cada uno de un brazo.
- Déjenme que lo mato- les dijo Harry-
- Por eso no te soltamos- le contesto Hermione tratando de sujetarlo fuertemente
- Yo también tengo ganas de matarte, Potter, pero vamos ha hacerlo como dos verdaderos magos, ¡te reto a un duelo!- lo desafió Malfoy
- Esta bien hoy mismo a las 20:00 hs cerca del lago- le contesto Harry
- Harry no!- le susurro Hermione a su lado, pero este no la escucho, se había vuelto sordo con la furia y lo único que escuchaba era la risa burlona de Malfoy.
- Esta bien Potter, prepárate para tu muerte- le contesto
- Te quedaras sin novio, Granger- le dijo Pansy a Hermione
- ¿Que pasa aquí?- dijo una voz sobre ellos, era Hagrid que se había acercado de nuevo escuchando los gritos. Tomo a Harry del brazo y lo aparto hacia un lado diciéndole a Malfoy- Y tu Malfoy, apártate a la otra punta, y no vuelvas a acercarte a Harry, y has perdido otros diez puntos para tu casa, si sigues así por culpa tuya Slytherin quedara en cero.
- Odio que ese idiota, me haga callar, ya vera lo que le espera si piensa que le ha ganado a un Malfoy- dijo entre dientes, mientras se alejaba.
Mientras tanto Hagrid hablaba con Harry, Ron y Hermione del otro lado.
- No se metan en el juego de Malfoy, tranquilícense, más que nadie tú Harry, tienes que pensar sobre todo en el Torneo, la tercera prueba no será fácil y tendrás que prepararte bien- les dijo Hagrid con un tono preocupado.
Cuando Hagrid se alejo, Hermione se acerco a Harry y le dijo - Hagrid tiene razón, Harry debes concentrarte en el Torneo y en nada más-
- Hermione, no es buena hora para que me retes- le contesto Harry.
- Tiene razón, Hermione ahora tiene que preocuparse por el duelo de esta noche- dijo Ron
- No pensaras ir ¿no?- le dijo Hermione con una mirada muy persuasiva, pero a Harry ni le mosqueo.
- Claro que iré- le dijo Harry muy seguro, pero Hermione pareció no importarle por que permaneció por un minuto en un estado pensativo, Harry y Ron se miraron los dos esperaban que Hermione reaccionará escandalosamente.
- ¿Que sucede Hermione?, Por más que no me hables iré igual- le contesto Harry, fingiendo ser duro pero muy preocupado.
- No, no es eso es que me quede muy preocupada, recordando lo que dijo Malfoy, que el momento de Voldemort llegaría-
- Que puede saber ése Hermione no te preocupes- dijo Ron, una vez que se recupero después de que Hermione dijo el nombre de Voldemort- es un bocón-
- No, pero no entiendes que no hay que pasar de alto lo que Malfoy dice, tu sabes muy bien como yo que su padre era muy amigo de Voldemort-
-Vasta Hermione no lo pronuncies más- Dijo Ron ya nervioso.
-Déjate de tontería Ron, no sé pero para mi Malfoy sabe algo que nosotros no- dijo Hermione mirando fijamente a Harry, con una mirada de preocupación- están pasando cosas raras Harry, tu mismo me lo dijiste hace rato, la desaparición de Bertha Jorkins, tu entrada no deseada al Torneo, quebrantando todas las reglas, la ausencia repentina del Señor Crouch, y ahora esa amenaza de Malfoy, me parece que no es normal, tenemos que estar en ALERTA PERMANENTE, como dice Moody. No sería conveniente que vallas a ese duelo esta noche, podría ser una trampa.-
-No exageres Hermione, quizás esas cosas no tienen que ver conmigo e iré a ese duelo cueste lo que cueste, no le daré la oportunidad a Malfoy para que me diga cobarde.- le afirmo Harry aparentando que estaba despreocupado, pero él sabia que Hermione tenia razón y algo dentro de él le decía que tenia que ver con todo lo que estaba sucediendo.

Volvieron a su clase de Cuidados de las Criaturas Mágicas, cuando Gran Reloj de la Torre anunció el paso de otra hora.

domingo, 7 de septiembre de 2008

Capitulo 2

8 a 9 hs., Pereyra Barreyro Andrea (Anny)

 

Harry avanzaba por uno de los corredores del castillo junto con Ron, quien estaba con su usual malhumor. Extrañamente, sus ganas de estudiar disminuían conforme se iba acercando a la biblioteca. Sabía que debía aprender nuevos hechizos, pues como Hermione continuamente le recordaba Víktor, Fleur y Cedric le llevaban una gran ventaja.

Su amigo no hablaba, Harry sabía que cada vez que Ron y Hermione discutían (y ocurría muy frecuentemente), era mejor no provocar peleas absurdas. Su amistad era muy importante y no estaba dispuesto a perderla nuevamente. Aunque ya se estaba cansando de sus tontas discusiones, ¿por qué tenían que convertir cualquier tema en un tedioso idilio?. De repente, Harry sintió que de su interior surgía un sentimiento que parecía haber estado escondido y que ahora se liberaba con toda su intensidad. Verdaderamente se sentía muy molesto, no con sus amigos en específico, sino con toda la situación, después de todo él no había elegido presentarse en el Torneo de los Tres Magos, tampoco tenía la intención de reemplazar a Cedric, ni había escogido nacer con esa maldita cicatriz que le dificultaba todo.

-Hermione pasa demasiado tiempo con Krum, ¿no crees?- dijo Ron de repente.

Con estas palabras sintió como si su desenfrenada furia desapareciera.

-No lo sé, ¿porqué lo dices?- comentó Harry tratando de adquirir una posición neutral que no hiciera enfadar a su amigo.

-Todo ese tiempo en la biblioteca y ayer los vi paseando por el río, seguramente pretende sacarle información sobre ti- replicó muy seguro.

-Hermione siempre pasa mucho tiempo en la biblioteca. Además, en el baile ella dijo que Víktor nunca le había preguntado nada de mí- tras decir esto Harry se arrepintió instantáneamente. Pudo ver cómo la cara de Ron se contorsionaba en pro de una nueva argumentación negativa.

Afortunadamente, se encontraban cerca de la biblioteca y podían ver a Hermione que levantaba la mano, señalando dónde estaba. Pero cuando se disponían a entrar Ron lo agarró de la túnica para detenerlo, y le dijo:

 -¿Víktor? , ¿es tu amigo ahora?- agregándole un tono hiriente en esta última frase.

- No, es que...- comenzó a decir Harry  cuando Hermione se les acercó al ver que se habían detenido.

-Dense prisa, no hay mucho tiempo antes de la clase de Hagrid- y agregó- quizás podamos repasar los encantamientos del año pasado- y ante la cara de descontento de sus amigos finalmente añadió:- No se quejen y apúrense-

Tras estudiar unos breves veinte minutos Harry, Ron y Hermione se dirigieron apresuradamente  hacia el bosque, donde las clases de Cuidado de Criaturas Mágicas tenían lugar. Al llegar, se disculparon con Hagrid por la demora y se ubicaron detrás de los atemorizados y ansiosos alumnos. Al ocupar sus puestos una risotada ahogada sonó estridentemente, sin verlos, Harry sabía a quien pertenecía esa desagradable y familiar risa. Era Draco Malfoy acompañado por Goyle, Crabbe y Pansy Parkinson y otros alumnos de Slytherin, su habitual grupo. Alzó la vista, para confirmar unos segundos después que su suposición era cierta. Sintió con gran rapidez como su antigua furia brotaba de su interior con una intensidad que ampliamente superaba la ocasión anterior. Inconscientemente sus puños se cerraron en señal de un impulso de violencia que no podía controlar, o que no quería controlar. Hermione pudo ver como Harry avanzaba hacia Malfoy, entonces le agarró la mano para detenerlo y le susurró muy tranquila al oído.-Harry, es que no sabes que con los puños no se soluciona nada, además ya te dije que debes aprender a ignorarlos. Son unos pobres idiotas, no les hagas caso-

-  ¿A quién llamas idiota, estúpida sangre impura?- replicó Pansy Parkinson. –Tú no tienes lugar en esto. ¿Es que no te bastó la pus de bubotubérculo que mi prima te mandó?- y agregó dirigiéndose a sus amigos- ¡Deberían haberla visto, la tonta lloraba como una niña!- y comenzó a imitarla para el deleite de todos los de Slytherin.

Esta vez fue Hermione quien se dirigió a su agresora con el puño cerrado. Mientras caminaba con un impulso desenfrenado y con lágrimas en los ojos , decía.- ¡Fuiste tú!, ¡Me las pagarás!-

Entonces Ron, que hasta el momento se mantenía inmóvil, sin saber que decir, se apresuró a agarrar a su amiga del brazo y le murmuró en el oído:- ¡No vale la pena, tú misma lo dijiste!- , y Hermione se tranquilizó, aunque su malhumor con una mezcla de tristeza persistió un rato más-

- ¡Eh, Potter, yo que tú mejor me fijo con quien ando, me parece que tu amiguito planea robarte tu novia!- gritó finalmente Malfoy.

Su grito debió haberse escuchado, porque en ese momento Hagrid se acercó para reprenderlo. Suceso que alegró mucho a Harry, Hermione y Ron. Luego de unos minutos de reprimenda, Hagrid se alejó, no sin antes dedicarles un guiño y una sonrisa. Harry escuchó cómo Draco comentaba a sus compañeros algo sobre que haría algo al respecto más tarde y que las cosas no quedarían así. Pero esto, en vez de exasperarlo, lo alegró más, hace tiempo que quería hacerle pagar por todos sus comentarios.

Los siguientes cinco minutos transcurrieron en la mayor calma posible, hasta que Ron comenzó a reírse sin motivo aparente. Extrañados, Harry y Hermione se acercaron y le preguntaron la razón de su carcajada.

-Es que ...- decía entrecortadamente mientras se reía –Tú y ....-prosiguió señalando a Hermione- y continuó riéndose sin explicar.

-¿Yo?, ¿yo qué?-replicó Hermione sin entender absolutamente nada.-Habla de una buena vez Ron- acabó diciendo exasperada.

- Harry, es que no sabes que con los puños no se soluciona nada, además ya te dije que debes aprender a ignorarlos. Son unos pobres idiotas, no les hagas caso- repitió imitando a su amiga.- ¡Debiste ver tu cara, parecía que ibas a matarla!- y continuó riéndose sin poder contenerse.

- No me hace gracia Ronald- dijo Hermione con una aparente seriedad, pero sonriendo a la vez y procurando pronunciar esto último en venganza.

-  Ya te he dicho que no me gusta que me digan Ronald- contestó, esta vez sin reírse.

-¿Prefieres acaso tu segundo nombre?, de acuerdo, como tú quieras- esta vez era ella quien se reía.

- Ya entendí, ya entendí, no me reiré más, lo prometo- dijo con tono de un falso arrepentimiento, que más bien era de sumisión.-Pero no puedes negarme- dijo dirigiéndose exclusivamente a Harry cuando Hermione se dio vuelta- no puedes negarme que sí fue gracioso- y rió por lo bajo.

Harry también sonrió y no pudo evitar pensar qué afortunado era por contar con sus dos amigos, y suspiró mirando el brillante cielo que anunciaba una hermosa tarde. La campana sonó nuevamente y el Gran Reloj de la Torre anunció el paso de otra hora.

Capitulo 1

7:00 a 8:00, por Luciano Montero.

 Harry se despierta abrumado con las siete campanadas del reloj, pensando en su sueño. Había soñado que Sirius estaba atado a una piedra en el fondo el lago, las sirenas y tritones nadaban a su alrededor riéndose de él, había dementores pasando y tratando de absorberle el alma y Harry estaba sujetado fuertemente por un gryndilow y no podía acudir en su auxilio.

 Harry se vistió pensando en su sueño, notó que no podía meterse una media entonces vio que pasaba, se estaba poniendo una manga de su suéter. Mientras se ponía las medias correctamente pensó en Sirius, estaba preocupado por él, realmente temía que los dementores lo atrapasen, pero debía reconocer que saber que él estaba cerca le hacía sentirse mas seguro.

 Llamó a Ron que estaba dormido en su cama y lo despertó, si no se apuraban, no iban a llegar a tiempo para el desayuno, Ron abrió un ojo y empezó a vestirse también

 Cuando terminaron de vestirse, bajaron a la sala común a esperar a Hermione.

 

Hermione se desperezó, al estirar los pies pateó a Crookshanks que dormía hecho un ovillo, este la miró enojado con su cara chata y bajó de la cama y por las escaleras con la cola enhiesta hasta perderse de vista; ella se vistió rápidamente y bajó a encontrarse con los chicos, si se apuraba, todavía tendria tiempo de repasar un poco después del desayuno.

 

 

Abajo, en  las Mazmorras, en los dormitorios de Slyitherin, Draco se despertó con un ronquido profundo de Crabbe, malhumorado, le tiró un zapatazo,- despertate, zoquete, no me dejaste dormir- dijo Malfoy .Estaba enojado por que ya nadie se reia de Harry.-“todos parecen admirar a ese San Potter”- dijo- “yo veré la forma de que me las pague”- Se puso la túnica, sus amigotes se vistieron también y juntos emprendieron el camino hacia arriba, al salón comedor.

 

Harry, Ron y Hermione entraron juntos al comedor; Harry notó con alegría que cada vez eran menos los que llevaban la insignia de apoya a Cedric Diggory ;pasó por la mesa de Ravenclaw y Cho lo miró y le sonrió, el no pudo evitar ruborizarse y disminuir el paso, y Ron, que se había apurado para no tener que ver de cerca de Fleur  se tropezó con él,.colorados como dos tomates se sentaron y comieron con las cabezas bajas, Harry comentó que guardaría algo de lo del desayuno para mandarle a Sirius, no quería que su padrino tuviera que seguir alimentándose de ratas.

Draco pasó por al lado de ellos y los miró con odio, como los profesores parecían todos ocupados con el desayuno en su mesa, le hizo a Harry un gesto amenazante con el puño, pero Harry no se preocupó por responderle.

 Hermione insistía con que debían estudiar mas, - Que no tengas que rendir los finales no es razón para que no repases, además, vas a tener que ir practicando algunos hechizos, por las dudas, no sabes que es lo que te puede tocar en la tercera prueba y Víktor  y los demás son mas grandes que vos y han tenido mas años de preparación mágica- Ante la mención de Víktor, Ron hizo una mueca de desagrado, pero se quedó callado, Harry tampoco dijo nada, no tenía ganas de discutir con Hermione, aunque sabia que en el fondo, algo de razón ella tenía, después de todo, de no haber sido porque Dobby lo salvó en el último minuto con las branquialgas....

 En ese instante entraron volando las lechuzas, Hermione ni levantó la mirada, ya se había acostumbrado a esas odiosas cartas y había decidido hacerle caso a Hagrid e ignorarlas, cuando las lechuzas apoyaron las tres que llegaron ese día, ella las hizo desaparecer con un leve movimiento de su varita. Hermione terminó su desayuno rápido y se excusó- tengo que buscar un par de libros mas sobre métodos de escucha, voy a descubrir a esa maldita Skeeter- y agregó- cuando terminen el desayuno, vengan a la biblioteca que todavía tenemos tiempo de repasar algo”- y se fue. Ron y Harry terminaron de desayunar, y como no tenían muchas ganas de ir a la biblioteca, salieron del comedor caminando lentamente por los fríos pasillos del castillo,  y el gran reloj de la torre anunció el paso de otra hora.

Y sigo revolviendo el baul de los recuerdos.....

Un viejo ejercicio de escritura 

Revisando los archivos del Grupo en Yahoo, encontre algo muy interesante.
Un ejercicio de esdritura que se llamó "UN DIA DE LOCOS". Al parecer y por lo que me comentó Carla, se habia propuestoi tomar un dia X en Hogwarts y repartir las horas entre los participantes y escribir que sucedia durante esa hora. Luego estos archivos fueron subidos al grupo. Hoy, rindiendole homenaje a todos los que participaron de este ejercicio, he decidido publicarlo en el blog, para que todos lo puedan leer.
El primer texto fue añadido al grupoel 23 de octubre de 2004 y el ultimo el 5 de febrero de 2005.

Como me va a llevar un tiempo subir los capitulos los voy a ordenar con una etiqueta:
"DIA DE LOCOS" y cada Hora sera acompañada por un numero de Capitulo.

Disfrutenlos,

Mafi Esme Weasley Cullen
Directora de Hogsmeade Club Argentina

Fic de Vampiros por Paloma Cáceres Urban

Miré el reloj por tercera vez ese día. Eran las 1:35, así que técnicamente ya era mi cumpleaños. “Que los cumplas feliz, que los cumplas feliz, me deseo yo misma, que los cumplas feliz”. La canción inefable resonaba en mi cabeza como si realmente la hubiera cantado en vez de pensarla.

Me sonreí por un momento. Después de todo, no se cumplen dieciocho años todos los días. Me levanté muy a desgano para hacerme un café, idea equivocada si lo que pretendía era dormir. No quería eso de todas formas, lo único que deseaba era apartar mi cabeza de las pesadillas que tenía últimamente. En ellas siempre había monstruos de una belleza cegadora, tan hermosos que resultaba doloroso el sólo mirarlos. Conocía demasiado bien a uno de ellos como para no reconocerlo. Lanzer me miraba desde el seno de mis propios sueños, sonriéndome con esa sonrisa única, que me dejaba sin aliento cada vez que la esbozaba… Mi cabeza se dio vuelta sólo de pensar en cuán poco faltaba para verlo otra vez, aún con todos los riesgos que eso implicaba. Él ya me lo había advertido, y mi corazón estaba decidido a seguir amándolo a pesar de que el fuera diferente a mí. Lo malo del asunto era que mi mente y mi cuerpo se negaban a dejar de temer, y eso se reflejaba en mis constantes pesadillas.

Miré por la ventana admirando como se veía el mundo a esa hora de la noche. Estaba obviamente oscuro, y solitario. Nadie caminaba por la acera, hacía mucho frío de hecho. El cielo estaba estrellado y límpido, pero la luna nueva impedía que se advirtieran muchos detalles del paisaje. Se sentía un silencio expectante, que asocié tal vez a la llegada de mi amado, que me había prometido sellar nuestro amor en cuanto cumpliera mis dieciocho.

En el momento que menos me esperaba, una ráfaga de aire sacudió mi cabello, y entró por el ventanal el ser más perfecto que jamás haya pisado este mundo. Lanzer estaba ahí parado, con el oscuro pelo desordenado por el viento, que le caía sobre la cara color marfil, haciendo un perfecto contraste.

Lo contemplé maravillada, jamás me acostumbraría a ver gente tan bella tan cerca de mí. El me sonrió como todo comentario, mostrando qué pálida imagen dan de él mis sueños (o pesadillas).

Se acercó, me besó... y sus labios ardieron como fuego. Sentí su dulce aliento dentro de mí, y una especie de descarga eléctrica fluyó por mi cuerpo. Había logrado en los últimos tiempos acostumbrarme a los escalofríos que me producía su helada piel cuando estaba en contacto con la mía, pero esto era algo bien bien diferente...

Sus manos se deslizaron por mi cuello, recorriendo cada curva con delicadeza. Me costaba creer que alguien tan fuerte como él pudiera contenerse de tal forma sólo para estar conmigo... una vulgar y común humana. No me contuve más y pronto estaba acariciando su espalda y su pecho perfectos, deleitándome en él, disfrutando como nos abrazábamos y besábamos desafiando lo imposible, lo contra natura...

Fue entonces cuando supe que era demasiado perfecto para ser real. Y supe también que no debía hacerlo, que no había necesidad, que no debía forzar la situación. Y aún así lo hice, sin importar lo que me pasara después. Tenía muy poco para perder, y nada para ganar. Sólo me percataba claramente de su presencia, imponente como ninguna otra, y de mis deseos de que él me poseyera. Comencé a quitarle la ropa, mientras el hacía lo propio con sus dedos ágiles. Me paralicé al verlo tan perfecto, un Adonis de mármol, un Dorian Gray sólo para mí... Él me miraba a su vez, con el deseo escrito en cada una de sus hermosas facciones de ángel... Pero comprendí que no teníamos los mismos intereses.

Su mirada quemaba tanto como sus labios, y la veía ávida de mí, de mi sangre, a la que tanto se había resistido a tomar. Mis cavilaciones duraron lo que dura un segundo. Sólo pude dedicar un último pensamiento a mis padres, que llegarían la mañana siguiente y me hallarían muerta, si tenía suerte... y también pensé en mí, en como había amado a Lanzer y como había caído en su trampa. Miré su rostro perfecto por última vez...y luego no ví nada más.

Hasta que abrí los ojos, después de lo que me pareció una eternidad. Desde mi cuello, fluía una especie de líquido caliente hacia todo mi cuerpo, recorriendo mis venas y quemándome cada átomo... Supe enseguida lo que era, pero no podía llorar, tanto era el dolor que sentía... Lo único que deseaba era morir... Y sabía que ya nunca iba a hacerlo, que ese dragón disfrazado de cordero me había condenado a la inmortalidad. En mi debilidad, comprendí que era un peligro para todos los que estuvieran en mi casa cuando fuera mi metamorfosis. Yo no quería ser como Lanzer, no quería hacer extensiva mi condena a otros.

Mi cuerpo fallaba, y sentía como si mil cuchillos candentes me acuchillaran cada centímetro de la piel, y me fueran dejando fría, más fría cada vez... Sabía que me quedaba poco tiempo, y no quería alarmar a nadie, pero aún así no pude evitar gritar con todas mis fuerzas "Ayuda! Por favor! Alguien! Quien sea!". Esas palabras fueron mi última manifestación de humanidad, de ese sentido entrañable que se llama supervivencia, amor al propio cuerpo y a la propia alma... Temí por mi alma, tuve miedo de no ser más yo, y ser en su lugar un abominable monstruo... Y mientras pensaba ésto, mi corazón repiqueteó por vez última, dejándome su débil eco resonando en los oídos.
Muchos años después...
Volví a mi pueblo natal con la certeza de que los recuerdos de hace tanto no harían mella en mí. Había pasado, de hecho, mucho tiempo. Y en ese tiempo había aprendido a controlarme, a no atacar a nadie, a no ser un monstruo. Podría decir que hasta era una persona normal, a no ser por la dieta. Me reí de ese pequeño chiste en mi fuero interno mientras caminaba la última cuadra que me separaba de la que fuera mi casa, hacía ya tantos siglos.

La encontré medio en ruinas, tal cual la había dejado Lanzer al marcharse. El canalla ni siquiera se había quedado para ayudarme en los difíciles primeros días, en que la fuerza de uno es incontrolable e inmensa y prácticamente no puede ejercer su voluntad.

Fue una forma de ver cuánto tiempo había pasado. Por mi parte, yo no podía verme más vieja, tenía dieciocho años aún, y sumado a eso, ahora mi cuerpo era de una belleza escultural. Mis sentidos habían cambiado también: podía percibir con claridad lo que sentían otras personas. Supongo que mi sentido de la sensibilidad se agudizó después de mi transformación. Era sobrehumanamente hermosa, y sin embargo esa hermosura no me hacía feliz. Sabía que era para atraer "presas" (me dio un escalofrío de sólo pensar en esos términos), es decir, para hacer exactamente lo que Lanzer había hecho conmigo...

Abrí la puerta de la verja y entré. Todo estaba destruido dentro de la casa, afortunadamente. Aún así, me di cuenta lo vívidos y latentes que estaban los recuerdos que yo creía muertos hace tanto tiempo atrás. Recordé su perfume, su perfección, y finalmente, el dolor...

Salí corriendo de allí, en el sentido literal de las palabras. No respiré tranquila hasta que mi mente se liberó de la tortura que suponía acordarme de toda mi vida pasada. Ya nada podía hacer. Lo pasado, pisado. Trataría de enmendar con mi propia conducta lo que alguien había destinado para mí.

Me dirigí al departamento que había alquilado por teléfono. Estaba vacío y, de todas formas, no necesitaba muebles, me podía pasar sin ellos tranquilamente. Aunque,considerándolo mejor, tal vez debiera equiparlo por las dudas, por si tenía eventualmente visitas que no comprendieran la inexplicable ausencia de camas en un departamento de una estudiante de secundaria. Deambulé por los ambientes, y lo sentí absolutamente cómodo. Podía imaginarme viviendo ahí, pasando largas horas en soledad, viviendo el ocio.

Fue reconfortante sentirme lejos por fin de mi casa. En cierta forma era donde había sido más feliz, pero también fue donde mi destino cambió para siempre. La persona que hoy retornaba al pueblo era una persona completamente diferente a la que se fue, siendo una neófita aún, a buscarse un nuevo lugar donde vivir tan sólo para no lastimar a sus padres. Ciertamente, partir apenas terminada mi conversión había sido durísimo, ya que estaba sedienta, y mis instintos estaban a flor de piel. Gracias a Dios, mis padres no se enteraron siquiera de lo cerca que estuvieron de morir asesinados por mi propia mano, y les ahorré el dolor de saber en qué me había convertido. Me dolió mucho saber que sentían, su dolor me desgarraba la piel, y muchas veces deseé volver a su lado, pedirles que me acunen y reciban otra vez, no pensar... Pero estaba escrito que no debía ser así.

Los tiempos que siguieron a esa etapa fueron oscuros y difíciles. Cuando ya no pude soportar más la sed, me uní a un grupo de vampiros, los que me enseñaron algunas cosas que me fueron útiles para no desviarme de mi propósito. Ví la diferencia que había entre ellos y yo, y era que ellos despreciaban a los humanos, tratándolos como ganado, al que sólo mantenían vivo para alimentarse... Y comprendí que no quería ser así. Ellos me llevaron a Italia, a Volterra, donde la "realeza" me recibió en su corte real. Esos seres, si es que merecen ser llamados así, estaban fascinados con mis dones, pero no entendían mi forma de vida, se negaban a comprender que era diferente a ellos, bah, que quería ser diferente a ellos. Al cabo de un tiempo largo, me dejaron ir. Para ese entonces, mis lazos con mis antiguos amigos estaban más fuertes, ellos eran como mis padres ahora. Atípicos, pero padres al fin. Después de todo, si no me habían matado otros vampiros era gracias a ellos. Así fue que dejé de ser Vulturi y me lancé a vivir la vida, separada al fin de esos demonios.

Vagué indefinidamente por otro largo período de tiempo, por muchos lugares ignotos cuyo nombre no recuerdo, hasta que empecé a sentirme sola. Creo que somos seres sociales por naturaleza, como los humanos, es algo que nos traemos arraigado de nuestra vida anterior. Así fue que empezé a anhelar la compañía de otra persona, con quien compartir lo que me pasaba, que me ayudara y me consolara cuando estuviera triste o enojada, estados de ánimo a los que me estaba habituando últimamente. Pero convivir con vampiros no había funcionado (no pisaría Volterra nunca más otra vez en mi vida, en sentido figurado obviamente), tenía que intentar algo nuevo: interactuar con humanos. Era la prueba más dura a la que me sometería desde la decisión de abandonar mi casa materna, ya que implicaba probar en la vida real lo que tanto profesaba, es decir, no dañar humanos para alimentarme.

Probé primero en lugares donde hubiera abundancia de animales, y tuviera lejanía con las personas, en lo posible. Éstas rústicas personas se asombraban de mi belleza, y sin embargo, se alejaban de mí. Me veían, con justa razón, diferente... Luego decicí probarme a mí misma en una ciudad, y al no encontrar obstáculos a mi voluntad, me consideré preparada para la prueba máxima, sumarme como miembro a una sociedad, es decir, estudiar otra vez (ya que había tenido mucho tiempo libre que aprovechaba para estudiar o leer) y vivir como una adolescente normal, a pesar de que habían pasado muchísimos años desde que realmente viví eso. Sentía que me debía ese tiempo, y unos "mínimos" problemas no iban a impedirme seguir siendo quien había sido. Creía que podía evitar lastimar a alguien, y que podría controlar a cualquiera que se enamorara de mí, o le gustara más de la cuenta. A veces ser tan linda como una escultura trae sus desventajas.

Por eso me hallaba otra vez, en la ciudad donde había nacido, vivido y me habían criado. Descubrí que mis defensas emocionales no eran del todo fuertes, pero aún así intenté persistir en mi objetivo. Después de todo, me aguardaba un largo día de instituto al día siguiente.

martes, 2 de septiembre de 2008

Un tesorito que encontre en el Baul de los recuerdos


*Así comenzó todo*

La alegría de ser diferente se esfumaba cada verano, y durante dos meces, Lilian Evans -una joven de 17 años, cabello rojizo y hermosos ojos verdes- tenia que soportar a su odiosa hermana Petunia.
La esperada mañana del 1º de Septiembre llegó con una fuerte tormenta. Lily estaba tan ansiosa por volver al Colegio Hogwarts (un colegio para magos), que para las 9 de la mañana ya estaba cambiada y tenía preparado su baúl.
Petunia bajó de su cuarto aproximadamente a las diez.
-Buenos días- dijo alegremente Lily sonriente mientras comía cereales en un pote frente al televisor.
-See... hola- le contestó despreciadamente su hermana.
A los pocos minutos bajaron su madre y su padre, y a las diez y media estaban cargando el baúl al auto.
La estación de trenes King Cross se encontraba a solo quince minutos en auto desde la casa de los Evans, pero debido a la lluvia y a que la visibilidad era escasa, tardaron.
Faltando tres minutos para las once, Lily saludó a su madre, a su padre y a su hermana (aunque con cierto desagrado), y atravesó la barrera que se encontraba entre los andén 9 y 10, llegando al Anden 9 ¾.
Allí, un gran locomotora negra con relucientes detalles en color escarlata esperaba ante ella y a cientos de alumnos que se despedían de sus familias a través de las ventanas .
Con la ayuda de unos chicos de 6º, Lily subió su baúl y empezó a buscar a sus a migas por los distintos compartimientos del tren, el cual ya estaba en marcha. Tabaleándose, Lily chocaba un ay otra vez con las puertas de los compartimientos. Lamentablemente uno estaba abierto y entró en él. Por suerte no se cayó, aunque mucho no le faltó. Se percató de lo que había ocurrido cuando la voz de un joven dijo:
-Los ángeles están cayendo del cielo.
Ese era James Potter. Un compañero de Lily. Alto, flacucho, de ojos marrones pelo negro azabache, no dejaba a Lily en paz. Ella loo odiaba tanto, pensaba que era muy arrogante, y el solo oír el nombre "James", por más que no se refieran al él, a Lily la enfurecía.
-Uh! Qué gracioso-dijo sarcásticamente Evans acomodándose la ropa.
-Hey! Qué agradecimiento es ése? en sima que te hace un cumplido -le dijo el mejor amigo de James, Sirius Black, uno de los chicos más lindos de todo Hogwarts. Lily le lanzó una mirada fulminante que lo decía todo, y salió del compartimiento.
Enfadada, caminó por el tren y no pudo encontrar a sus amigas, así que se fue directo al compartimiento de prefectos. Mientras caminaba distraídamente hacia allí, una mano la tomó por el hombro.
-Te acompaño.
Lily giró y se encontró con Reamus Lupin, el otro Prefecto de Gryffindor. Lupin también era del grupo de James, junto a Sirius, y un alumno regordete llamado Peter Pettigrew, al que parecía que le pagaban por cada vez que adulaba las "idioteces" (como las llamaba Lily) de Potter. A decir verdad, Reamus era el único de los amigos de Potter que le caía bien, y ambos se ayudaban en los momentos difíciles. Como no se había percatado de su presencia en el compartimiento de sus amigos, Lily se dio vuelta y lo saludó.
Ambos, al igual que los prefectos de las otras casas, se pasaron todo el viaje en el compartimiento de Prefectos y patrullando los pasillos. De a ratos James hacía su aparición con la excusa de "tengo que decirle algo a Lunático".
Así las horas volaron y pronto divisaron por las ventanas del tren un gran castillo que se erguía frente a ellos rodeado por un lago. Las gruesas gotas de lluvia golpeaban las cabezas de los alumnos mientras bajaban, y los relámpagos dejaban distinguir, por segundos, las dimensiones del castillo, y del gran Hagrid, el guarda bosques de Hogwarts, que hacía señas a los de primer año para que se acerquen.
-Que suerte tengo de no ser ellos- dijo una voz que arrastraba las palabras, e inmediatamente detrás de Lily y Lupin apareció Lucius Malfoy. Un muchacho de 17 años, también, que pertenecía la casa Slytherin. Malfoy sonrió maliciosamente y parecieron más perversas gracias al efecto de un rayo.
Lily lo miró con desdén. Estaba a punto de decirle algo, cuando detrás de Lucius apareció la figura de su mejor amigo- al menos eso creía Lily-. Severus Snape, también de Slytherin. Lily se interrumpió. Por alguna razón ella sentía lástima por el pobre Severus. El era siempre el centro de las pesadas bromas de James y su "pandilla", y aunque Lily lo haya ayudado varias veces y su agradecimiento no fue el esperado, ella siempre sintió pena por él. Siempre era callado, solitario, salvo las veces que se juntaba con el engreído de Malfoy, que no paraba de dominarlo; si Malfoy reía, él también. Aunque muchas veces se veía a Snape rondando solo por el castillo, por el hecho de que Lucius se iba a pavonear sus andanzas con un grupito de escandalosas chicas de su casa. Por alguna extraña razón Snape, siempre que veía a Evans se quedaba mirándola de forma extraña, o simplemente daba vuelta la cara, o la esquivaba y se quedaba mirándola desde la otra punta del pasillo. Aunque pareciera muy obvio lo que pasaba, Lily, no sabía por que Quejicus (como oyó una vez que le decía la pandilla de James) actuaba de esa manera.

Luego de que los de primero hayan cruzado el lago, todos estaban en el Gran Comedor mirando expectantes a los pequeños que esperaban la selección, los cuales parecían haber pasado el lago nadando. Como en el tren Lilian no pudo encontrar a sus amigas, Katrina y Amanda, durante la selección, cuchicheaban cosas sobre el verano, al parecer incapaces de soportar media hora y hablar tranquilamente en sus cuartos.
-Ah! Sí amigas, las extrañé muchísimo -les decía Katrina quien luego se puso a relatar lo que hizo en sus vacaciones.
todo empezó con una divertida historia de como salían de su casa en escobas, pero luego se volvió un poco densa. Tanto, que mientras Gregory Olsen era seleccionado para Revenclaw, Lily empezó a recorre con la vista a los integrantes de Gryffindor que miraban expectantes hacia adelante, y sin pensar, su mirada se detuvo unos asiento más allá, más precisamente donde estaba James, que bromeaba con Peter y Sirius haciendo algo extraño con sus varitas y la comida. Y tan de repente ella había mirado a James... él la miró a ella. Por un instante ambos se quedaron mirándose a los ojos. Luego se empezó a escuchar un zumbido. Alguien había empujado a Lily, lo que la sacó de su extraño estado. La joven no entendía nada, miró hacia todos lados, y despistadamente se puso de pie al darse cuenta que todos los alumnos ya se estaban yendo a sus dormitorios.
-Los de primero por aquí!-dijo Lily distraídamente, mientras Reamus y el grupo de primero de juntaba con ella, para dirigirse a la Sala Común de Gryffindor.
El Gran Comedor estaba casi vacío, salvo por James, Sirius, Peter y unos chicos de Huplepuff que ya se estaban levantando.
-Vamos que tengo sue...ño....-dijo Peter a sus dos amigos.
-Si, sino nos apuramos no sabremos al contraseña-repuso Sirius, y éstos des se levantaron. -James?! Qué te pasa? -pregunto al ver que su amigo no se había movido del lugar.
-Me miró...- dijo vagamente con la vista fija en donde hace unos minutos había estado sentada Lily.
-Quién?! -preguntaron sus dos amigos.
-La chica más linda de todo Hogwarts....- respondió James sin apartar la vista del lugar. Sirius y Peter se miraron.
-Nos estás tratando de decir que Lily Evans, la chica mas linda para vos, te miró??- preguntó cautelosamente Sirius.
-Si....
-Eso es amigo!!!!!!!- le festejaron sus amigos. y los tres se fueron a sus dormitorios a espera a Lupin para contarle la noticia.
Ya en los dormitorios de las chicas, Lily y sus amigas seguían hablando al tiempo que decoraban su pedazo de habitación.
-Y vos, Lily, qué hiciste este verano?- preguntó Amanda.
-Ja, fue re- divertido- contestó sarcásticamente Lily- dos meses soportando a la idiota de mi hermana diciéndome 'anormal' a cada rato...
-Si..., pero por suerte el verano ya pasó y estamos todas juntas otra vez!- dijo Katrina. Luego dio un bostezo -creo que me voy a dormir, tengo mucho sueño.- y se fue a acostar. -sino mañana no nos levanta ni una manada de hipogrifos.
-Si... chau-repuso Lily y todas se recostó sobre su cama.
Por alguna extraña razón, la joven pelirroja no se podía dormir. Sentía una sensación extraña, como... no se sabía explicar como. En un momento cerró los ojos y vislumbró una figura que corría hacia ella. Lily quería llegar a él, aunque no sabía quien era. Corría, corría y de pronto lo abrazó, volvió la cara para verlo. Unos hermosos ojos cafés le devolvieron la mirada con una gota de encanto que ella no podía dejar de mirarlos. el cabello negro como el azabache ondeaba con un viento que vaya uno a saber de donde provenía. "Esa cara me parece conocida..." pensó Lily, "Si... muy conocida...". se quedó un momento mirándolo fijamente, y cuando sintió que estaba a punto de besarlo.... cayó en cuenta de que quien era.
-James Potter!!!!!-Lily se sentó de golpe en su cama. Ese grito había despertado a todas sus compañeras de cuarto.
-Lily, Lily, Qué te pasa?- preguntó preocupada una de sus compañeras por detrás de las cortinas de su cama.
-Qué pasa con Potter?- preguntó Katrina con una sonrisa pícara que molestó mucho a Evans.
-Nada - dijo Lily, todavía confundida- Es solo que... lo odio... -mintió- si, si, lo odio. Duerman, chicas, duerman.
Todas se miraron extrañadas, y volvieron a dormir.
Lily se quedó sentada en su cama mirando en un punto de la misma. Cómo pudo haber soñado eso? Besar a James Potter? Puaj!! "Potter-pensó Lily- James Potter... aquel chico que la molestaba desde el primer año... aquel chico que no paraba de revolverse el pelo simulando que recién había bajado de la escoba, es patético!... aquel chico con esos hermosos grandes ojos oscuros.... con aquella encantadora mirada..."
-NO! -dijo Lily en voz baja y se pegó un almohadonzazo en la cabeza - No, no, no! fue solo un sueño, nada más!... -y sin convencerse a si misma de lo que había dicho, se acostó en intentó volver a dormir.

Una puertas más allá, estaba el dormitorio de los chicos, donde James, se encontraba en una situación similar: no podía dormir, todavía tenía en la cabeza ese pequeño instante en que él y Lily se habían mirado.

Muy pronto llegó la hora de desayunar. A Lily le pareció que recién se había vuelto a dormir. Estaba muy cansada, pero el resto de sus compañeras la despertaron y juntas bajaron a desayunar.

Mientras cruzaban el vestíbulo, en la puerta del Gran Salón, las chicas divisaron a Sirius, Reamus, Peter y James.
-AY! Miren quien está ahí- dijo Katrina en voz baja a sus amigas. Hacía tiempo que le gustaba Sirius, pero nunca se animaba a decirle nada. Lily y Amanda miraron, y Evans se paró en seco.
-Qué pasó?-preguntó Amanda.
-Mmm, creo que me olvidé algo -mintió e intentó volver a la Torre de Gryffindor.
-Ahy! Dale, por favor!-le dijo Katrina agarrándola del brazo.
-No, es verdad, tengo que ir a buscar algo- volvió a mentir Lily, mientras intentaba resistirse a los empujones de su amiga. En realidad no se había olvidado nada. la verdad era que no quería pasar cerca de James, no sabía bien por que, pero una sensación extraña recorrió su estómago.
-Dale Lily, después del desayuno vamos! -le insistía una y otra vez Katrina. Finalmente logró que Lily desistiera, y las tres se dirigieron al Gran Salón.
Cuando vieron quienes se aproximaban, los chicos, en especial James, y extrañamente también Sirius, mejoraron sus posturas.
Katrina pasó, ante ellos, con aires despreocupado y sonriente mientras echó un rápido vistazo a Sirius, quien... le sonrió?!. Amanda pasó de la misma manera que si se hubiera cruzado con un grupo de estatuas. Y Lily, intentó pasar de la misma manera que Katrina, pero no pudo. Por algún extraño motivo miró a James sin poder evitarlo, y él le devolvió la mirada. la muchacha agachó la cabeza rápidamente y se fue a sentar.
Durante el desayuno, McGonagall les entregó a Lupin, a Lily y a los otros Prefectos los nuevos horarios. Ellos dos tenían que repartirlos entre los alumnos de 6º y 7º. Mientras Reamus le estaba entregando los horarios a Sirius y a Peter, Lily notó que pasaba por alto a James.
-Me quedé sin horarios -le dijo Lupin a su compañera Prefecta, con una sonrisita- Por favor, podes entregarle a los que faltan?
-Si otra opción no tengo... -contestó Lily no muy alegre entregando los horarios que faltaban, sin darse cuanta de que James era el último.
-Aquí tienes -dijo despectivamente la muchacha dándole el horario a James, sin mirarlo.
-Gracias -contestó Potter. A Lily le pareció extraño. Potter, agradeciendo? Y no pudo evitar mirarlo. Una extraña sensación recorrió el cuerpo de Lily, y el de James también. ambos estaban sujetando el horario por los extremos, mirándose, y sin darse cuenta que eran observados por "la pandilla de James", y Amanda y Katrina que estaban sentadas al lado de Sirius.
-Qué? -Lily salió de su ensimismamiento, James la miró extrañadamente y guardó su horario en el bolsillo de su túnica. Katrina con Sirius? "De que perdí?" dijo una voz en el cerebro de Lily -Mmm, Ah! De nada -le dijo distraídamente a James y se fue a sentar junto Amanda que la miró con una sonrisita tonta.
-Qué? -preguntó Lily sin entender esa mueca.
-Amiga, -le dijo pasándole el brazo alrededor de sus hombros -lo sabía! después de aquel sueño...
-Sueño? Qué? Qué es lo que se nota? -le preguntó Lily totalmente desconcertada.
-Que te gusta James!!!! -le contestó su amiga alegremente.
-No, no, por qué pensas eso?
-Te vi como lo miraste cuando entramos al comedor, siempre lo criticas, y recién.... recién se quedaron los dos mirándose.. aahy! -dijo Amanda con aire soñador.
-Vos lo dijiste, lo critico -dijo Lily que empezaba a enojarse.
-Jajajaja -se rió su amiga- "Quienes se pelean de chicos se casan de grandes", o algo así dice un dicho muggle.
-Sí, lo conozco, pero ya no somos chicos.
-Pienso lo mismo, son grandes, que se peleaban de chicos... Ahyy!!! la nueva parejita de Hogwarts!!! -concluyó Amanda alegremente con una gran sonrisa, no la estaba cargando, lo decía sinceramente.
-Basta! -dijo Lily, tan fuerte que varios se dieron vuelta para ver que pasaba. Se paró y salió como un relámpago hacia la clase de Pociones.
sintió como los ojos de James la seguían, pero con toda su fuerza se contuvo y no se dio vuelta y clavó la vista en la puerta del gran Salón. La cruzó tan deprisa que por poco derriba a Snape, que venía acompañado por Lucius, para variar.
-Lo siento -dijo Lily sin voltearse, y siguió su camino.
"Tan obvio era -pensaba Evans en el camino a clases- Estaba claro que odiaba muchísimo a Potter, pero a pesar de todo, él siempre había sido amable con ella, le decía piropos, hasta la invitaba a salir... aunque la mayoría de las veces se comporte como un idiota... y aquél sueño, había sido algo revelador, algo como que había sacado todos los sentimientos que tenía guardados hacia él..."
pronto llegó al aula de pociones, y fue hacia su lugar habitual: al medio, delante de todo, pues Pociones no era uno de sus fuertes. Pocos minutos más tarde empezaron a llegar los demás, y no pudo evitar ver a James cuando entraba.
-Buenos días -dijo el profesor Urwin, un anciano que era muy buen profesor, aunque a veces se quedaba dormido en sus clases - Para empezar su último año en Hogwarts, vamos a iniciar dándole un repaso a la poción que sirve para cambiar las cosas de color. Bueno, cada uno con su caldero, ya saben los ingredientes -y por arte de magia aparecieron escritos en el pizarrón por obra de la varita del profesor.
Todos empezaron a llenar sus calderos de los extraños ingredientes. de muchos salían sustancias raras, lo que significaba que lago mal estaban haciendo. Tal era el caso de Lily.
-No, Evans, no -la alertó el profesor Urwin -una gota más de eso y su caldero explotaba. A ver... haz pareja con Snape, si, él te ayudará.
Obediente, y un poco avergonzada. Lily fue con su caldero hasta allí, y Snape comenzó a explicarle.
-Maldito -murmuró James al otro lado de la mazmorra, observando como Snape le decía cosas y los dos se reían -Qué le estará susurrando?
Lo que Potter no sabía, era que se estaban riendo del desastre que por poco ocurre en la mazmorra de no ser que Snape la ayudara.
-Y ahora... -dijo Snape mientras le entregaba a Lily un pequeño frasco con un líquido muy espeso color violáceo -vuélcalo -Y Lily lo hizo. El caldero emitió un leve silbido y un humo color morado se dejó ver por segundo. Lily, contenta le sonrió a Snape, que le devolvió la sonrisa. Aquella era la primera vez que lo veía sonreír, y por eso más se alegró, al fin y al cabo, su torpeza en Pociones había hecho reír a alguien que se pensaba que tenía la cara de piedra.
Al salir de la clase, James le dirigió una mirada asesina a Snape, como un dragón a punto de atrapar a su presa.
A partir de ese momento, Lily tomó a Snape como un nuevo amigo. Era muy bueno, a decir verdad, la ayudaba con sus tareas, y a veces en los fines de semana se sentaban junto al lago a preparar pociones fáciles.
En más de una ocasión James se acercaba con sus amigos para hacerle alguna broma a Snape, pero al ver a Evans, el joven de pelo negro azabache bajaba la mirada y se iba, sin saber que Lily se había fijado en él.
Así pasaron dos meses, y los de tercero en adelante tendrían la oportunidad de ir de visita al pueblo mágico de Hogsmeade.
-Lily... -preguntó Snape tímidamente -me preguntaba si querías ir a Hogsmeade con nosotros...
-Si, por que no?, Espera, nosotros?
Si, tu, Lucius y yo, hay un lugar cerca del pueblo al que nos invitaron, y como en estos meses nos hemos llevado bien, me preguntaba si querías ir -dijo amablemente Snape.
-Mmm, creo que sí... -dijo pensativamente Lily -si, voy, nos vemos acá después del desayuno así vamos todos juntos.

Y así fue. A las diez de la mañana del día de la salida a Hogsmeade Lily se iba junto a Snape y Lucius al pueblo.
-No puede ser -dijo Lupin e voz baja que iba atrás de ella junto a sus amigos.
-Qué? -preguntó Sirius.
-Nada, distrae a James para que no mire hacia allá -dijo Reamus señalando el lugar el que iba Lily con Lucius y Snape caminando.
-ALLÁ???!!! -preguntó en voz alta Peter, que había escuchado la conversación, y ahora señalaba donde estaba donde estaba Evans con sus acompañantes.
James giró la cabaza hacia donde señalaba su amigo y avanzaba hacia ellos con la intención de golpear a los dos muchachos que iban con su querida Lilian. Justo cuando estaba por llegar a ellos, Reamus y Sirius lo agarraron, uno por cada brazo y lo llevaron para atrás.
-Gracias Colagusano -le dijo sarcásticamente Sirius a Peter, quien luego se perdió de vista cuando de chicas de Huplepuff casi lo aplastan con tal de pasar cerca de Sirius.
-Te volviste loco? -dijo Reamus tranquilizando a James.
-No, no, no, ese maldito no puede salir con mí Evans, MI Evans -dijo desaforadamente James forcejeándose.
-Hey, hey, amgiog. Te puede gustar, pero no es tuya -dijo Sirius, y al ver la expresión de su amigo agregó.. -por ahora... Emm, vamos a pasar un buen rato en Zonko's.
-Sí, sí, vamos -dijo más tranquilo james a medida que avanzaban no muy lejos de un grupo de Revenclaws.
Ya en Hogsmeade, la mayoría de los estudiantes iban a la tienda de dulces Honeydukes, otros a las Tres Escobas, mientras otros recorrían al ciudad como era de costumbre en cada visita.
-Por acá -le dijo Lucius a Lily. Y el trío se encaminó en un lugar extraño. Cruzando la calle principal, abarrotada de estudiantes, fueron adentrándose en un bosque que estaba limitando el pueblo, al lado opuesto de donde estaba la embrujada Casa de los Gritos.
-A donde vamos? -preguntó Lily cuando llevaban cinco minutos caminando en aquel bosque -Qué..?
Lily se interrumpió. Delante de ellos había una cabaña que parecía de un guardabosques muggle, pero con diferencia de que en ésta no había ventanas.
-Vamos -le dijo Lucius a Lily y a su amigo con una gran sonrisa. Snape hizo un ademán para que Lily pasara antes que él y extrañada ella se adelantó.
A la muchacha la cosa le parecía extraña, y más extraño aún cuando escuchó a Lucius diciendo una clase de contraseña en un lenguaje extraño.
Los tres entraron.
Un gran salón circular los envolvía. No era de las dimensiones que simulaba la cabaña, era mucho más grande. Las paredes estaban adornadas con el mismo dibujo uno y otra vez: el dibujo de una calavera con una serpiente saliendo de la boca de la misma. En medio de aquella sala solo había una tarima y alrededor de ella, expectantes, cientos de brujas y magos, algunos cubiertos con túnicas negras, otros con máscaras, y otros simplemente con túnicas normales.
Lily se estremeció, pronto Snape se mezcló entre la multitud, y Lucius le dio a Lily un empujón en los hombros para que lo siguiera, y ambos se mezclaron también.
Cuando la asustadiza Evans se dispuso a dar media vuelta y marcharse, algo apareció en la tarima que hizo que todos lanzaron vitorees y aplausos.
-Oh, por Dios!! -dijo Lily en un susurro. delante de sus ojos apreció un mago, cuya cara le resultaba extrañamente conocida. -No es...? -le preguntó a Snape que estaba muy serio y le contestó con un asentimiento con la cabeza.
Si. El mago de la tarima era aquél mago que tanto daba que hablar en los noticieros mágicos y el en Profeta, y en todos lados. Hasta ofrecían recompensas por él! Esa era la persona causante de todas cosas que les ocurría a los Aurors, y de muchas personas más, de muertes... Aquella persona que había vuelto loco al Mundo Mágico desde hace un tiempo....
-Me voy -dijo para sí Lily asustada y enfadada, pero fue interrumpida otra vez.
-Bienvenidos mis fieles... Mortífagos -comenzó a decir con voz silbante Lord Voldemort parado encima de la tarima -Para mi es un orgullo tener seguidores que sepan como yo qué es lo mejor para el Mundo Mágico, pero, Qué les doy yo a ustedes? -al escuchar esto los morífagos murmuraron y se acomodaban en sus lugares -A ustedes, mis fieles seguidores, y a ustedes, los nuevos que han venido a formar parte de lo que será el futuro mágico y que promete acabar con el mundo muggle, con los mestizos y con todo aquel que se nos interponga!!!
Vitores, aplausos, y gritos de alegría llenaron la cabaña. Lily sintió un escalofrío por su espalda, al pensar lo que ya la estaban considerando parte de aquella locura. Ella, que era mestiza y de padres muggles, no se imaginaba lo que pasaría si se enteraban todas esas personas la clase de bruja que ella era. Desesperada miró hacia todos lados, y rápida pero disimuladamente se dirigió a la puerta de salida, pero un brujo regordete y peticito, al que solo se le veían los ojos se puso tras ella cerrándole el paso.
-Lo siento -dijo Evans muy nerviosa, y logró avanzar un poco más, aun ligar donde había poca personas, no tantas como donde ella estaba antes.
-Ahora -interrumpió Voldemort el festejo -Mi recompensa. -y con un extraños movimiento de varita hacia las personas de aquella sala dijo: -Ahora ustedes están conectados a mí, y yo a ustedes...
Todos en la cabaña sintieron algo en su brazo izquierdo (incluso Lily). Se levantaron las mangas de las túnicas y vieron un tatuaje en su antebrazo. era la misma figura que estaba pintada en las paredes. Muchos estaban satisfechos, Lily, sin embargo, se quedó mirando fijamente el horrible tatuaje en su brazo.
-A través de ellas -explicó Voldemort -van a saber cuando volver aquí... -y súbitamente desapareció.
Pronto se precipitaron todos hacia la salida. Lily, que estaba muy cerca de ella logró salir primera. corriendo lo más rápido que pudo por la nieve, fue directamente al camino que llevaba de regreso a Hogwarts. Aunque el recordó le tomó un largo tiempo, al llegar al castillo lo encontró casi vacío. Fue directo a la Torre de Gryffindor y luego a su dormitorio.
Cuando todos llegaron de Hogsmeade fueron a cenar, y Lily tuvo la oportunidad de quedarse un momento sola. Y cuando todos terminaron, ella se hizo la dormida, aunque no puedo conciliar el sueño en toda la noche.
Qué pasaría ahora que estaba marcada? Estaría obligada a destruir a los muggles como sus padres? Significaba esa marca que ya era un bruja oscura?
Pronto los ojos de Lily se empezaron a cerrar y ante ellos apareció la viva imagen de magos encapuchados, cuando un fuerte dolor -como si quemara- en su brazo izquierdo la despertó. Se miró, y vió en la marca los bordes verdes que brillaban. Horrorizada, se levantó de la cama e intentó borrarse la marca con agua y jabón y sustancias mágicas que tenían sus compañeras, pero no pudo. Así que con su varita hizo un conjuro para que se apareciera un poco de hilo en su brazo, resultó, aunque no era muy efectivo. bajó a la Sala Común. Cuando llegó vio que le retrato acababa de cerrase. Allí, se quedó mirando el fuego.
A eso de la una y media de la mañana, se escucharon pasos que provenían de la habitación de los chicos: James Potter bajó con su pijama bordó y su pelo más revuelto que nunca. Se paró en seco a pie de las escaleras, dudó, y luego se fue a sentar junto a Lily. Ella e verlo, dijo de mala manera.
-No me molestes.
-No pensaba hacerlo -le dijo James al tiempo que se sentaba en la otra punta del mismo sillón en el que se encontraba Evans.
-Mira que es grande la Sala Común -dijo ella por lo bajo.
Hubo un incómodo momento en el cual el dolor en el brazo de Lily aumentó. Lanzó un quejido y se agarró fuerte el antebrazo al mismo tiempo que algunas lágrimas caían por su rostro.
-Me voy -dijo con esfuerzo al tiempo que se levantaba y se dirigía al baño.
-Hey, Lily, espera! Qué te pasa en el brazo?
-Nada -dijo Lily sin mirarlo, subiendo los primeros escalones de la escalera.
-Anda! Déjame ver -y la empezó a seguir- déjame ver si te puedo ayudar. -y le agarró le agarró el brazo a la muchacha tan de repente que Lily no pudo evitar zafarse, por lo que Potter pudo divisar el horrible tatuaje- Pero qué.....?
Lily lo miró con sus verdes ojos llenos de lágrimas, Potter le devolvió con sus encantadores ojos marrones que a Lily no se le ocurrió nada para insultarlo. Se fue al sillón en el que estaba sentada antes, Potter la acompañó, y la joven le explicó lo que había sucedido en Hogsmeade.
-Y desde que llegué no salgo de mi cuarto -culmino Lily entre sollozos.
-Cuando agarre a esos dos... -dijo James por lo bajo lleno de bronca- Fuiste a la enfermería?
-Claro -dijo Lily sarcásticamente- Disculpe Madame Pomfrey, en Hogsmeade me fui de los límites permitidos y fuí a una reunión secreta de magos Oscuros donde me tatuaron esta horrible cosa, me la puede sacar? -y al terminar esto se puso a llorar.
En ese momento James se vio en una extraña situación, no sabía que hacer!
-Emm, mira, yo no soy el indicado para dar consejos -dijo james seriamente -pero quiero que sepas, que podes contar con migo para lo que seas, yo siempre voy a estar ahí, aunque me insultes y no me soportes. -culminó.
-No conocía esa parte tuya -dijo Lily y se quedó mirándolo.
Poco a poco se fueron acercando, y sin pensarlo, se besaron. Lily sentía como si estuviera volando, y por esos segundos olvidó el horrible tatuaje que tanta tristeza le traía. James no tardó en tomarla por la cintura. luego de un maravilloso instante, se separaron.
-Lo siento -dijo James.
-Por qué? -dijo Lily con una sonrisita.
Ambos se volvieron a mirar, y por primera vez en casi siete años que se conocían, sus sentimientos quedaron al descubierto. Juntos se quedaron el sillón frente al fuego, abrazados, charlando, y de esa manera el dolor de la marca se hizo más soportable.
Eran las tres cuando Sirius bajó de su habitación, y se quedó contemplando la escena de la nueva parejita.
-Bueno, mejor no interrumpo -dijo vagamente aunque con un tono chistoso, típico de él, mientras simulaba subir la escalera.
-No, no , está bien -dijo James.
-Ok -repuso rápidamente Black y se sentó en una butaca cerca de ellos.
Lily no parecía muy contenta. Pero poco se fue dando cuenta que Sirius, al igual que James, no eran las personas que simulaban. Eran muy chistosos, buenas personas, y más que nada, buenos amigos. Y así, charlando y riendo se hicieron las cuatro de la mañana, cuando Sirius recordó por qué había bajado.
-Ahy! Sí... y cuando se casen yo voy a ser el padrino, y de sus hijos también... -y los tres rieron- por cierto, ya me acordé, quería ver donde estas vos, Reamus y Peter, el cuarto está casi vacío!
-Reamus! -dijo Lily separándose de James de golpe.
-Qué? -preguntaron los otros dos.
-Osea que tu también lo sabes -dijo James acariciándole el cabello a Lily.
-Sí, sí, pero.... a decir verdad, no lo vi en todo el día, y ustedes?
-No, desde que volvemos de Hogsmeade... -dijo Sirius aparentemente preocupado.
James sin embargo no contestó, corrió, tomó su capa del perchero y salió por el retrato. Sirius y Lily intercambiaron miradas y los dos lo siguieron.
los tres caminaron por los campos del colegio en medio de la oscuridad. Hasta que uno de los chicos se acercó al Bosque Prohibido.
-No creo que debamos entrar -dijo Lily sin avanzar.
-Vamos, no te preocupes -dijo James agarrándola por el brazo, y siguiendo a Sirius entraron los tres al Bosque Prohibido.
En ese momento se escuchó el crujido de una rama, y Peter apareció tras ellos.
-Hey -dijo Sirius extrañado- Dónde te habías metido?
-Este... yo..., Dónde estaban ustedes? -dijo Peter muy nervioso, a decir verdad sin sentido.
-Lo buscábamos a Reamus -dijo James
-A, si, si, yo también -se apresuró a decir Peter, y miró extrañado que Lily se encontrara con ellos.
Y los siguieron caminando.
-Repito, no creo que sea buena idea, y más sabiendo el estado de Lupin, y a decir verdad, no era lo que tenía pensado para nuestra primera cita. -al escuchar esto James se rió, y ella también, aunque con cierto nerviosismo.
-Vamos, nosotros sabemos lo que hacemos -dijo Sirius a medida que se acercaban a....
-El Sauce Boxeador??!!! -exclamó Evans parándose en seco -Yo ahí no me acerco -al ver que Sirius se aproximaba a él, y se empezó a agitar fuertemente, y de pronto.. se quedó más quieto que una roca.
-Vamos -repitió Sirius quien desapareció entre las raíces del árbol.
-Qué? -dijo Lily procurando no seguir, pero James la volvió a agarrar del brazo y los dos también desaparecieron en las raíces del árbol seguidos por Peter.
Caminaron por un túnel, y de pronto aparecieron en el rellano de una casa.
-Dónde...? -preguntó Lily.
-Shh... -la silenciaron los muchachos.
-Tiene que estar aquí -dijo James en voz muy baja- por que sino... -y se interrumpió.
detrás de ellos se oyó un crujido. Los cuatro voltearon y... un hombre-lobo apareció ante ellos mostrando sus dientes. Lily agarró con fuerza la mano de James. El hombre-lobo Lupin empezó a avanzar hacia ellos. Y tan rápido como había aparecido Lupin, un gran perro negro rozó a la pareja y se abalanzó contra el licántropo.
-Ahh!! -gritó Lily corriéndose hacia un rincón.
Cuando al fin el perro había logrado tranquilizar al hombre-lobo, Evans se dio cuenta que tampoco James ni Peter estaban. -James?! -gritó, pero fue interrumpida por el galope de un bello ciervo que se puso delante de ella para prevenirla del hombre-lobo que se disponía a avanzar hacia ella. En se momento Reamus se quedó quieto. Con sus oscuro ojos miró al ciervo, al perro, y luego a la muchacha, y luego otra vez al ciervo, que movió de forma extraña la cabeza, y el licántropo retrocedió.
Habían pasado tanto tiempo allí que los primeros rayos de sol iluminaron el lugar. En ese momento Lupin sufrió el dolorosa cambio de pasar de lobo a persona, y volvió a la normalidad. Lily se acercó a él y lo ayudó a sentarse en una silla. La joven miró al resto de los animales que seguían mirándolos. Lily se acercó al ciervo y le acarició la cabeza, y en un rápido instante, ante ella, pareció James Potter. Lily retrocedió rápidamente, y acto seguido el perro se convirtió en Sirius, quien dijo:
-Peter, Dónde estás?
Y detrás de la puerta pareció una rata, a decir verdad bastante fea, que luego se convirtió en Peter.
-Cobarde -susurró James, y todos rieron, salvo Lily.
-Cómo es que ustedes...? Animagos... menores de edad -dijo Lily.
-Bueno, como ellos no me pueden hacer compañía en forma humana, buscaron la forma de convertirse en animagos, y de esa manera no estoy solo en mis noche de transformación -explicó Lupin.
Lily miró a los tres animagos, y su vista se fijó en James, se acercó a él interrogándolo con la mirada. Cuando James se disponía a decir algo, pues temía que por hacer algo ilegal Lily rompiera con él, ella lo interrumpió diciendo:
-Increíble!! -y los cinco rieron.
-Oh! -dijo James- Acá estaba! Pensé que la había perdido -dijo agarrando una capa que había en un costado.
Pronto volvieron al castillo bajo la capa de James (una capa increíble que hacía invisible a quien se la ponía), y debido al horario en que se habían acostado, el sábado bajaron directamente para almorzar.
Lily y James entraron abrazados al Gran Comedor, seguidos por sus tres nuevos amigos al ver a Katrina y a Amanda ella le guiñó el ojos, y ellas y también, y Sirius se separó del grupo para sentarse junto a Katrina.
Cuando se sentó la nueva parejita de Gryffindors en la mesa de su Casa, lo hicieron mirando hacia la de Slytherin, y pudieron ver perfectamente las miradas maliciosas de Lucius y de Snape, aunque en la mirada de éste último había algo más. Miradas maliciosas que crecieron cuando Lily le dio un beso a James.
Y así siguió el resto del año. En las siguientes salidas a Hogsmeade, Lily y James se separaban del grupo para ir a algunos lugares solos, aunque eso no era muy seguido por que ahora Sirius, Reamus y Peter se habían convertido en sus nuevos amigos, y junto a Katrina y Amanda pasaban muchos tiempo los siete juntos.
Se sentaban bajo los árboles a estudiar, o simplemente a descansar. O a veces tiraban piedras al lago para ver como el calamar gigante intentaba atraparlas con sus enormes tentáculos. A partir de ese momento, James, ya no era tan fanfarrón, aunque alguna que otra broma pesada (tanto él como Sirius) le siguieron haciendo a Snape, sólo que Lily ya no hacía nada para pararlos. Entre salidas, exámenes, y de todo un poco, pasó el resto del año.
Y ese fue el último año de los Merodeadores en Hogwarts, y el comienzo de una de las que sería algún día la pareja más conocida del Mundo Mágico.


***The End***
 Carla G. Molina
8-8-04/8-09-04