martes, 2 de septiembre de 2008
Un tesorito que encontre en el Baul de los recuerdos
*Así comenzó todo*
La alegría de ser diferente se esfumaba cada verano, y durante dos meces, Lilian Evans -una joven de 17 años, cabello rojizo y hermosos ojos verdes- tenia que soportar a su odiosa hermana Petunia.
La esperada mañana del 1º de Septiembre llegó con una fuerte tormenta. Lily estaba tan ansiosa por volver al Colegio Hogwarts (un colegio para magos), que para las 9 de la mañana ya estaba cambiada y tenía preparado su baúl.
Petunia bajó de su cuarto aproximadamente a las diez.
-Buenos días- dijo alegremente Lily sonriente mientras comía cereales en un pote frente al televisor.
-See... hola- le contestó despreciadamente su hermana.
A los pocos minutos bajaron su madre y su padre, y a las diez y media estaban cargando el baúl al auto.
La estación de trenes King Cross se encontraba a solo quince minutos en auto desde la casa de los Evans, pero debido a la lluvia y a que la visibilidad era escasa, tardaron.
Faltando tres minutos para las once, Lily saludó a su madre, a su padre y a su hermana (aunque con cierto desagrado), y atravesó la barrera que se encontraba entre los andén 9 y 10, llegando al Anden 9 ¾.
Allí, un gran locomotora negra con relucientes detalles en color escarlata esperaba ante ella y a cientos de alumnos que se despedían de sus familias a través de las ventanas .
Con la ayuda de unos chicos de 6º, Lily subió su baúl y empezó a buscar a sus a migas por los distintos compartimientos del tren, el cual ya estaba en marcha. Tabaleándose, Lily chocaba un ay otra vez con las puertas de los compartimientos. Lamentablemente uno estaba abierto y entró en él. Por suerte no se cayó, aunque mucho no le faltó. Se percató de lo que había ocurrido cuando la voz de un joven dijo:
-Los ángeles están cayendo del cielo.
Ese era James Potter. Un compañero de Lily. Alto, flacucho, de ojos marrones pelo negro azabache, no dejaba a Lily en paz. Ella loo odiaba tanto, pensaba que era muy arrogante, y el solo oír el nombre "James", por más que no se refieran al él, a Lily la enfurecía.
-Uh! Qué gracioso-dijo sarcásticamente Evans acomodándose la ropa.
-Hey! Qué agradecimiento es ése? en sima que te hace un cumplido -le dijo el mejor amigo de James, Sirius Black, uno de los chicos más lindos de todo Hogwarts. Lily le lanzó una mirada fulminante que lo decía todo, y salió del compartimiento.
Enfadada, caminó por el tren y no pudo encontrar a sus amigas, así que se fue directo al compartimiento de prefectos. Mientras caminaba distraídamente hacia allí, una mano la tomó por el hombro.
-Te acompaño.
Lily giró y se encontró con Reamus Lupin, el otro Prefecto de Gryffindor. Lupin también era del grupo de James, junto a Sirius, y un alumno regordete llamado Peter Pettigrew, al que parecía que le pagaban por cada vez que adulaba las "idioteces" (como las llamaba Lily) de Potter. A decir verdad, Reamus era el único de los amigos de Potter que le caía bien, y ambos se ayudaban en los momentos difíciles. Como no se había percatado de su presencia en el compartimiento de sus amigos, Lily se dio vuelta y lo saludó.
Ambos, al igual que los prefectos de las otras casas, se pasaron todo el viaje en el compartimiento de Prefectos y patrullando los pasillos. De a ratos James hacía su aparición con la excusa de "tengo que decirle algo a Lunático".
Así las horas volaron y pronto divisaron por las ventanas del tren un gran castillo que se erguía frente a ellos rodeado por un lago. Las gruesas gotas de lluvia golpeaban las cabezas de los alumnos mientras bajaban, y los relámpagos dejaban distinguir, por segundos, las dimensiones del castillo, y del gran Hagrid, el guarda bosques de Hogwarts, que hacía señas a los de primer año para que se acerquen.
-Que suerte tengo de no ser ellos- dijo una voz que arrastraba las palabras, e inmediatamente detrás de Lily y Lupin apareció Lucius Malfoy. Un muchacho de 17 años, también, que pertenecía la casa Slytherin. Malfoy sonrió maliciosamente y parecieron más perversas gracias al efecto de un rayo.
Lily lo miró con desdén. Estaba a punto de decirle algo, cuando detrás de Lucius apareció la figura de su mejor amigo- al menos eso creía Lily-. Severus Snape, también de Slytherin. Lily se interrumpió. Por alguna razón ella sentía lástima por el pobre Severus. El era siempre el centro de las pesadas bromas de James y su "pandilla", y aunque Lily lo haya ayudado varias veces y su agradecimiento no fue el esperado, ella siempre sintió pena por él. Siempre era callado, solitario, salvo las veces que se juntaba con el engreído de Malfoy, que no paraba de dominarlo; si Malfoy reía, él también. Aunque muchas veces se veía a Snape rondando solo por el castillo, por el hecho de que Lucius se iba a pavonear sus andanzas con un grupito de escandalosas chicas de su casa. Por alguna extraña razón Snape, siempre que veía a Evans se quedaba mirándola de forma extraña, o simplemente daba vuelta la cara, o la esquivaba y se quedaba mirándola desde la otra punta del pasillo. Aunque pareciera muy obvio lo que pasaba, Lily, no sabía por que Quejicus (como oyó una vez que le decía la pandilla de James) actuaba de esa manera.
Luego de que los de primero hayan cruzado el lago, todos estaban en el Gran Comedor mirando expectantes a los pequeños que esperaban la selección, los cuales parecían haber pasado el lago nadando. Como en el tren Lilian no pudo encontrar a sus amigas, Katrina y Amanda, durante la selección, cuchicheaban cosas sobre el verano, al parecer incapaces de soportar media hora y hablar tranquilamente en sus cuartos.
-Ah! Sí amigas, las extrañé muchísimo -les decía Katrina quien luego se puso a relatar lo que hizo en sus vacaciones.
todo empezó con una divertida historia de como salían de su casa en escobas, pero luego se volvió un poco densa. Tanto, que mientras Gregory Olsen era seleccionado para Revenclaw, Lily empezó a recorre con la vista a los integrantes de Gryffindor que miraban expectantes hacia adelante, y sin pensar, su mirada se detuvo unos asiento más allá, más precisamente donde estaba James, que bromeaba con Peter y Sirius haciendo algo extraño con sus varitas y la comida. Y tan de repente ella había mirado a James... él la miró a ella. Por un instante ambos se quedaron mirándose a los ojos. Luego se empezó a escuchar un zumbido. Alguien había empujado a Lily, lo que la sacó de su extraño estado. La joven no entendía nada, miró hacia todos lados, y despistadamente se puso de pie al darse cuenta que todos los alumnos ya se estaban yendo a sus dormitorios.
-Los de primero por aquí!-dijo Lily distraídamente, mientras Reamus y el grupo de primero de juntaba con ella, para dirigirse a la Sala Común de Gryffindor.
El Gran Comedor estaba casi vacío, salvo por James, Sirius, Peter y unos chicos de Huplepuff que ya se estaban levantando.
-Vamos que tengo sue...ño....-dijo Peter a sus dos amigos.
-Si, sino nos apuramos no sabremos al contraseña-repuso Sirius, y éstos des se levantaron. -James?! Qué te pasa? -pregunto al ver que su amigo no se había movido del lugar.
-Me miró...- dijo vagamente con la vista fija en donde hace unos minutos había estado sentada Lily.
-Quién?! -preguntaron sus dos amigos.
-La chica más linda de todo Hogwarts....- respondió James sin apartar la vista del lugar. Sirius y Peter se miraron.
-Nos estás tratando de decir que Lily Evans, la chica mas linda para vos, te miró??- preguntó cautelosamente Sirius.
-Si....
-Eso es amigo!!!!!!!- le festejaron sus amigos. y los tres se fueron a sus dormitorios a espera a Lupin para contarle la noticia.
Ya en los dormitorios de las chicas, Lily y sus amigas seguían hablando al tiempo que decoraban su pedazo de habitación.
-Y vos, Lily, qué hiciste este verano?- preguntó Amanda.
-Ja, fue re- divertido- contestó sarcásticamente Lily- dos meses soportando a la idiota de mi hermana diciéndome 'anormal' a cada rato...
-Si..., pero por suerte el verano ya pasó y estamos todas juntas otra vez!- dijo Katrina. Luego dio un bostezo -creo que me voy a dormir, tengo mucho sueño.- y se fue a acostar. -sino mañana no nos levanta ni una manada de hipogrifos.
-Si... chau-repuso Lily y todas se recostó sobre su cama.
Por alguna extraña razón, la joven pelirroja no se podía dormir. Sentía una sensación extraña, como... no se sabía explicar como. En un momento cerró los ojos y vislumbró una figura que corría hacia ella. Lily quería llegar a él, aunque no sabía quien era. Corría, corría y de pronto lo abrazó, volvió la cara para verlo. Unos hermosos ojos cafés le devolvieron la mirada con una gota de encanto que ella no podía dejar de mirarlos. el cabello negro como el azabache ondeaba con un viento que vaya uno a saber de donde provenía. "Esa cara me parece conocida..." pensó Lily, "Si... muy conocida...". se quedó un momento mirándolo fijamente, y cuando sintió que estaba a punto de besarlo.... cayó en cuenta de que quien era.
-James Potter!!!!!-Lily se sentó de golpe en su cama. Ese grito había despertado a todas sus compañeras de cuarto.
-Lily, Lily, Qué te pasa?- preguntó preocupada una de sus compañeras por detrás de las cortinas de su cama.
-Qué pasa con Potter?- preguntó Katrina con una sonrisa pícara que molestó mucho a Evans.
-Nada - dijo Lily, todavía confundida- Es solo que... lo odio... -mintió- si, si, lo odio. Duerman, chicas, duerman.
Todas se miraron extrañadas, y volvieron a dormir.
Lily se quedó sentada en su cama mirando en un punto de la misma. Cómo pudo haber soñado eso? Besar a James Potter? Puaj!! "Potter-pensó Lily- James Potter... aquel chico que la molestaba desde el primer año... aquel chico que no paraba de revolverse el pelo simulando que recién había bajado de la escoba, es patético!... aquel chico con esos hermosos grandes ojos oscuros.... con aquella encantadora mirada..."
-NO! -dijo Lily en voz baja y se pegó un almohadonzazo en la cabeza - No, no, no! fue solo un sueño, nada más!... -y sin convencerse a si misma de lo que había dicho, se acostó en intentó volver a dormir.
Una puertas más allá, estaba el dormitorio de los chicos, donde James, se encontraba en una situación similar: no podía dormir, todavía tenía en la cabeza ese pequeño instante en que él y Lily se habían mirado.
Muy pronto llegó la hora de desayunar. A Lily le pareció que recién se había vuelto a dormir. Estaba muy cansada, pero el resto de sus compañeras la despertaron y juntas bajaron a desayunar.
Mientras cruzaban el vestíbulo, en la puerta del Gran Salón, las chicas divisaron a Sirius, Reamus, Peter y James.
-AY! Miren quien está ahí- dijo Katrina en voz baja a sus amigas. Hacía tiempo que le gustaba Sirius, pero nunca se animaba a decirle nada. Lily y Amanda miraron, y Evans se paró en seco.
-Qué pasó?-preguntó Amanda.
-Mmm, creo que me olvidé algo -mintió e intentó volver a la Torre de Gryffindor.
-Ahy! Dale, por favor!-le dijo Katrina agarrándola del brazo.
-No, es verdad, tengo que ir a buscar algo- volvió a mentir Lily, mientras intentaba resistirse a los empujones de su amiga. En realidad no se había olvidado nada. la verdad era que no quería pasar cerca de James, no sabía bien por que, pero una sensación extraña recorrió su estómago.
-Dale Lily, después del desayuno vamos! -le insistía una y otra vez Katrina. Finalmente logró que Lily desistiera, y las tres se dirigieron al Gran Salón.
Cuando vieron quienes se aproximaban, los chicos, en especial James, y extrañamente también Sirius, mejoraron sus posturas.
Katrina pasó, ante ellos, con aires despreocupado y sonriente mientras echó un rápido vistazo a Sirius, quien... le sonrió?!. Amanda pasó de la misma manera que si se hubiera cruzado con un grupo de estatuas. Y Lily, intentó pasar de la misma manera que Katrina, pero no pudo. Por algún extraño motivo miró a James sin poder evitarlo, y él le devolvió la mirada. la muchacha agachó la cabeza rápidamente y se fue a sentar.
Durante el desayuno, McGonagall les entregó a Lupin, a Lily y a los otros Prefectos los nuevos horarios. Ellos dos tenían que repartirlos entre los alumnos de 6º y 7º. Mientras Reamus le estaba entregando los horarios a Sirius y a Peter, Lily notó que pasaba por alto a James.
-Me quedé sin horarios -le dijo Lupin a su compañera Prefecta, con una sonrisita- Por favor, podes entregarle a los que faltan?
-Si otra opción no tengo... -contestó Lily no muy alegre entregando los horarios que faltaban, sin darse cuanta de que James era el último.
-Aquí tienes -dijo despectivamente la muchacha dándole el horario a James, sin mirarlo.
-Gracias -contestó Potter. A Lily le pareció extraño. Potter, agradeciendo? Y no pudo evitar mirarlo. Una extraña sensación recorrió el cuerpo de Lily, y el de James también. ambos estaban sujetando el horario por los extremos, mirándose, y sin darse cuenta que eran observados por "la pandilla de James", y Amanda y Katrina que estaban sentadas al lado de Sirius.
-Qué? -Lily salió de su ensimismamiento, James la miró extrañadamente y guardó su horario en el bolsillo de su túnica. Katrina con Sirius? "De que perdí?" dijo una voz en el cerebro de Lily -Mmm, Ah! De nada -le dijo distraídamente a James y se fue a sentar junto Amanda que la miró con una sonrisita tonta.
-Qué? -preguntó Lily sin entender esa mueca.
-Amiga, -le dijo pasándole el brazo alrededor de sus hombros -lo sabía! después de aquel sueño...
-Sueño? Qué? Qué es lo que se nota? -le preguntó Lily totalmente desconcertada.
-Que te gusta James!!!! -le contestó su amiga alegremente.
-No, no, por qué pensas eso?
-Te vi como lo miraste cuando entramos al comedor, siempre lo criticas, y recién.... recién se quedaron los dos mirándose.. aahy! -dijo Amanda con aire soñador.
-Vos lo dijiste, lo critico -dijo Lily que empezaba a enojarse.
-Jajajaja -se rió su amiga- "Quienes se pelean de chicos se casan de grandes", o algo así dice un dicho muggle.
-Sí, lo conozco, pero ya no somos chicos.
-Pienso lo mismo, son grandes, que se peleaban de chicos... Ahyy!!! la nueva parejita de Hogwarts!!! -concluyó Amanda alegremente con una gran sonrisa, no la estaba cargando, lo decía sinceramente.
-Basta! -dijo Lily, tan fuerte que varios se dieron vuelta para ver que pasaba. Se paró y salió como un relámpago hacia la clase de Pociones.
sintió como los ojos de James la seguían, pero con toda su fuerza se contuvo y no se dio vuelta y clavó la vista en la puerta del gran Salón. La cruzó tan deprisa que por poco derriba a Snape, que venía acompañado por Lucius, para variar.
-Lo siento -dijo Lily sin voltearse, y siguió su camino.
"Tan obvio era -pensaba Evans en el camino a clases- Estaba claro que odiaba muchísimo a Potter, pero a pesar de todo, él siempre había sido amable con ella, le decía piropos, hasta la invitaba a salir... aunque la mayoría de las veces se comporte como un idiota... y aquél sueño, había sido algo revelador, algo como que había sacado todos los sentimientos que tenía guardados hacia él..."
pronto llegó al aula de pociones, y fue hacia su lugar habitual: al medio, delante de todo, pues Pociones no era uno de sus fuertes. Pocos minutos más tarde empezaron a llegar los demás, y no pudo evitar ver a James cuando entraba.
-Buenos días -dijo el profesor Urwin, un anciano que era muy buen profesor, aunque a veces se quedaba dormido en sus clases - Para empezar su último año en Hogwarts, vamos a iniciar dándole un repaso a la poción que sirve para cambiar las cosas de color. Bueno, cada uno con su caldero, ya saben los ingredientes -y por arte de magia aparecieron escritos en el pizarrón por obra de la varita del profesor.
Todos empezaron a llenar sus calderos de los extraños ingredientes. de muchos salían sustancias raras, lo que significaba que lago mal estaban haciendo. Tal era el caso de Lily.
-No, Evans, no -la alertó el profesor Urwin -una gota más de eso y su caldero explotaba. A ver... haz pareja con Snape, si, él te ayudará.
Obediente, y un poco avergonzada. Lily fue con su caldero hasta allí, y Snape comenzó a explicarle.
-Maldito -murmuró James al otro lado de la mazmorra, observando como Snape le decía cosas y los dos se reían -Qué le estará susurrando?
Lo que Potter no sabía, era que se estaban riendo del desastre que por poco ocurre en la mazmorra de no ser que Snape la ayudara.
-Y ahora... -dijo Snape mientras le entregaba a Lily un pequeño frasco con un líquido muy espeso color violáceo -vuélcalo -Y Lily lo hizo. El caldero emitió un leve silbido y un humo color morado se dejó ver por segundo. Lily, contenta le sonrió a Snape, que le devolvió la sonrisa. Aquella era la primera vez que lo veía sonreír, y por eso más se alegró, al fin y al cabo, su torpeza en Pociones había hecho reír a alguien que se pensaba que tenía la cara de piedra.
Al salir de la clase, James le dirigió una mirada asesina a Snape, como un dragón a punto de atrapar a su presa.
A partir de ese momento, Lily tomó a Snape como un nuevo amigo. Era muy bueno, a decir verdad, la ayudaba con sus tareas, y a veces en los fines de semana se sentaban junto al lago a preparar pociones fáciles.
En más de una ocasión James se acercaba con sus amigos para hacerle alguna broma a Snape, pero al ver a Evans, el joven de pelo negro azabache bajaba la mirada y se iba, sin saber que Lily se había fijado en él.
Así pasaron dos meses, y los de tercero en adelante tendrían la oportunidad de ir de visita al pueblo mágico de Hogsmeade.
-Lily... -preguntó Snape tímidamente -me preguntaba si querías ir a Hogsmeade con nosotros...
-Si, por que no?, Espera, nosotros?
Si, tu, Lucius y yo, hay un lugar cerca del pueblo al que nos invitaron, y como en estos meses nos hemos llevado bien, me preguntaba si querías ir -dijo amablemente Snape.
-Mmm, creo que sí... -dijo pensativamente Lily -si, voy, nos vemos acá después del desayuno así vamos todos juntos.
Y así fue. A las diez de la mañana del día de la salida a Hogsmeade Lily se iba junto a Snape y Lucius al pueblo.
-No puede ser -dijo Lupin e voz baja que iba atrás de ella junto a sus amigos.
-Qué? -preguntó Sirius.
-Nada, distrae a James para que no mire hacia allá -dijo Reamus señalando el lugar el que iba Lily con Lucius y Snape caminando.
-ALLÁ???!!! -preguntó en voz alta Peter, que había escuchado la conversación, y ahora señalaba donde estaba donde estaba Evans con sus acompañantes.
James giró la cabaza hacia donde señalaba su amigo y avanzaba hacia ellos con la intención de golpear a los dos muchachos que iban con su querida Lilian. Justo cuando estaba por llegar a ellos, Reamus y Sirius lo agarraron, uno por cada brazo y lo llevaron para atrás.
-Gracias Colagusano -le dijo sarcásticamente Sirius a Peter, quien luego se perdió de vista cuando de chicas de Huplepuff casi lo aplastan con tal de pasar cerca de Sirius.
-Te volviste loco? -dijo Reamus tranquilizando a James.
-No, no, no, ese maldito no puede salir con mí Evans, MI Evans -dijo desaforadamente James forcejeándose.
-Hey, hey, amgiog. Te puede gustar, pero no es tuya -dijo Sirius, y al ver la expresión de su amigo agregó.. -por ahora... Emm, vamos a pasar un buen rato en Zonko's.
-Sí, sí, vamos -dijo más tranquilo james a medida que avanzaban no muy lejos de un grupo de Revenclaws.
Ya en Hogsmeade, la mayoría de los estudiantes iban a la tienda de dulces Honeydukes, otros a las Tres Escobas, mientras otros recorrían al ciudad como era de costumbre en cada visita.
-Por acá -le dijo Lucius a Lily. Y el trío se encaminó en un lugar extraño. Cruzando la calle principal, abarrotada de estudiantes, fueron adentrándose en un bosque que estaba limitando el pueblo, al lado opuesto de donde estaba la embrujada Casa de los Gritos.
-A donde vamos? -preguntó Lily cuando llevaban cinco minutos caminando en aquel bosque -Qué..?
Lily se interrumpió. Delante de ellos había una cabaña que parecía de un guardabosques muggle, pero con diferencia de que en ésta no había ventanas.
-Vamos -le dijo Lucius a Lily y a su amigo con una gran sonrisa. Snape hizo un ademán para que Lily pasara antes que él y extrañada ella se adelantó.
A la muchacha la cosa le parecía extraña, y más extraño aún cuando escuchó a Lucius diciendo una clase de contraseña en un lenguaje extraño.
Los tres entraron.
Un gran salón circular los envolvía. No era de las dimensiones que simulaba la cabaña, era mucho más grande. Las paredes estaban adornadas con el mismo dibujo uno y otra vez: el dibujo de una calavera con una serpiente saliendo de la boca de la misma. En medio de aquella sala solo había una tarima y alrededor de ella, expectantes, cientos de brujas y magos, algunos cubiertos con túnicas negras, otros con máscaras, y otros simplemente con túnicas normales.
Lily se estremeció, pronto Snape se mezcló entre la multitud, y Lucius le dio a Lily un empujón en los hombros para que lo siguiera, y ambos se mezclaron también.
Cuando la asustadiza Evans se dispuso a dar media vuelta y marcharse, algo apareció en la tarima que hizo que todos lanzaron vitorees y aplausos.
-Oh, por Dios!! -dijo Lily en un susurro. delante de sus ojos apreció un mago, cuya cara le resultaba extrañamente conocida. -No es...? -le preguntó a Snape que estaba muy serio y le contestó con un asentimiento con la cabeza.
Si. El mago de la tarima era aquél mago que tanto daba que hablar en los noticieros mágicos y el en Profeta, y en todos lados. Hasta ofrecían recompensas por él! Esa era la persona causante de todas cosas que les ocurría a los Aurors, y de muchas personas más, de muertes... Aquella persona que había vuelto loco al Mundo Mágico desde hace un tiempo....
-Me voy -dijo para sí Lily asustada y enfadada, pero fue interrumpida otra vez.
-Bienvenidos mis fieles... Mortífagos -comenzó a decir con voz silbante Lord Voldemort parado encima de la tarima -Para mi es un orgullo tener seguidores que sepan como yo qué es lo mejor para el Mundo Mágico, pero, Qué les doy yo a ustedes? -al escuchar esto los morífagos murmuraron y se acomodaban en sus lugares -A ustedes, mis fieles seguidores, y a ustedes, los nuevos que han venido a formar parte de lo que será el futuro mágico y que promete acabar con el mundo muggle, con los mestizos y con todo aquel que se nos interponga!!!
Vitores, aplausos, y gritos de alegría llenaron la cabaña. Lily sintió un escalofrío por su espalda, al pensar lo que ya la estaban considerando parte de aquella locura. Ella, que era mestiza y de padres muggles, no se imaginaba lo que pasaría si se enteraban todas esas personas la clase de bruja que ella era. Desesperada miró hacia todos lados, y rápida pero disimuladamente se dirigió a la puerta de salida, pero un brujo regordete y peticito, al que solo se le veían los ojos se puso tras ella cerrándole el paso.
-Lo siento -dijo Evans muy nerviosa, y logró avanzar un poco más, aun ligar donde había poca personas, no tantas como donde ella estaba antes.
-Ahora -interrumpió Voldemort el festejo -Mi recompensa. -y con un extraños movimiento de varita hacia las personas de aquella sala dijo: -Ahora ustedes están conectados a mí, y yo a ustedes...
Todos en la cabaña sintieron algo en su brazo izquierdo (incluso Lily). Se levantaron las mangas de las túnicas y vieron un tatuaje en su antebrazo. era la misma figura que estaba pintada en las paredes. Muchos estaban satisfechos, Lily, sin embargo, se quedó mirando fijamente el horrible tatuaje en su brazo.
-A través de ellas -explicó Voldemort -van a saber cuando volver aquí... -y súbitamente desapareció.
Pronto se precipitaron todos hacia la salida. Lily, que estaba muy cerca de ella logró salir primera. corriendo lo más rápido que pudo por la nieve, fue directamente al camino que llevaba de regreso a Hogwarts. Aunque el recordó le tomó un largo tiempo, al llegar al castillo lo encontró casi vacío. Fue directo a la Torre de Gryffindor y luego a su dormitorio.
Cuando todos llegaron de Hogsmeade fueron a cenar, y Lily tuvo la oportunidad de quedarse un momento sola. Y cuando todos terminaron, ella se hizo la dormida, aunque no puedo conciliar el sueño en toda la noche.
Qué pasaría ahora que estaba marcada? Estaría obligada a destruir a los muggles como sus padres? Significaba esa marca que ya era un bruja oscura?
Pronto los ojos de Lily se empezaron a cerrar y ante ellos apareció la viva imagen de magos encapuchados, cuando un fuerte dolor -como si quemara- en su brazo izquierdo la despertó. Se miró, y vió en la marca los bordes verdes que brillaban. Horrorizada, se levantó de la cama e intentó borrarse la marca con agua y jabón y sustancias mágicas que tenían sus compañeras, pero no pudo. Así que con su varita hizo un conjuro para que se apareciera un poco de hilo en su brazo, resultó, aunque no era muy efectivo. bajó a la Sala Común. Cuando llegó vio que le retrato acababa de cerrase. Allí, se quedó mirando el fuego.
A eso de la una y media de la mañana, se escucharon pasos que provenían de la habitación de los chicos: James Potter bajó con su pijama bordó y su pelo más revuelto que nunca. Se paró en seco a pie de las escaleras, dudó, y luego se fue a sentar junto a Lily. Ella e verlo, dijo de mala manera.
-No me molestes.
-No pensaba hacerlo -le dijo James al tiempo que se sentaba en la otra punta del mismo sillón en el que se encontraba Evans.
-Mira que es grande la Sala Común -dijo ella por lo bajo.
Hubo un incómodo momento en el cual el dolor en el brazo de Lily aumentó. Lanzó un quejido y se agarró fuerte el antebrazo al mismo tiempo que algunas lágrimas caían por su rostro.
-Me voy -dijo con esfuerzo al tiempo que se levantaba y se dirigía al baño.
-Hey, Lily, espera! Qué te pasa en el brazo?
-Nada -dijo Lily sin mirarlo, subiendo los primeros escalones de la escalera.
-Anda! Déjame ver -y la empezó a seguir- déjame ver si te puedo ayudar. -y le agarró le agarró el brazo a la muchacha tan de repente que Lily no pudo evitar zafarse, por lo que Potter pudo divisar el horrible tatuaje- Pero qué.....?
Lily lo miró con sus verdes ojos llenos de lágrimas, Potter le devolvió con sus encantadores ojos marrones que a Lily no se le ocurrió nada para insultarlo. Se fue al sillón en el que estaba sentada antes, Potter la acompañó, y la joven le explicó lo que había sucedido en Hogsmeade.
-Y desde que llegué no salgo de mi cuarto -culmino Lily entre sollozos.
-Cuando agarre a esos dos... -dijo James por lo bajo lleno de bronca- Fuiste a la enfermería?
-Claro -dijo Lily sarcásticamente- Disculpe Madame Pomfrey, en Hogsmeade me fui de los límites permitidos y fuí a una reunión secreta de magos Oscuros donde me tatuaron esta horrible cosa, me la puede sacar? -y al terminar esto se puso a llorar.
En ese momento James se vio en una extraña situación, no sabía que hacer!
-Emm, mira, yo no soy el indicado para dar consejos -dijo james seriamente -pero quiero que sepas, que podes contar con migo para lo que seas, yo siempre voy a estar ahí, aunque me insultes y no me soportes. -culminó.
-No conocía esa parte tuya -dijo Lily y se quedó mirándolo.
Poco a poco se fueron acercando, y sin pensarlo, se besaron. Lily sentía como si estuviera volando, y por esos segundos olvidó el horrible tatuaje que tanta tristeza le traía. James no tardó en tomarla por la cintura. luego de un maravilloso instante, se separaron.
-Lo siento -dijo James.
-Por qué? -dijo Lily con una sonrisita.
Ambos se volvieron a mirar, y por primera vez en casi siete años que se conocían, sus sentimientos quedaron al descubierto. Juntos se quedaron el sillón frente al fuego, abrazados, charlando, y de esa manera el dolor de la marca se hizo más soportable.
Eran las tres cuando Sirius bajó de su habitación, y se quedó contemplando la escena de la nueva parejita.
-Bueno, mejor no interrumpo -dijo vagamente aunque con un tono chistoso, típico de él, mientras simulaba subir la escalera.
-No, no , está bien -dijo James.
-Ok -repuso rápidamente Black y se sentó en una butaca cerca de ellos.
Lily no parecía muy contenta. Pero poco se fue dando cuenta que Sirius, al igual que James, no eran las personas que simulaban. Eran muy chistosos, buenas personas, y más que nada, buenos amigos. Y así, charlando y riendo se hicieron las cuatro de la mañana, cuando Sirius recordó por qué había bajado.
-Ahy! Sí... y cuando se casen yo voy a ser el padrino, y de sus hijos también... -y los tres rieron- por cierto, ya me acordé, quería ver donde estas vos, Reamus y Peter, el cuarto está casi vacío!
-Reamus! -dijo Lily separándose de James de golpe.
-Qué? -preguntaron los otros dos.
-Osea que tu también lo sabes -dijo James acariciándole el cabello a Lily.
-Sí, sí, pero.... a decir verdad, no lo vi en todo el día, y ustedes?
-No, desde que volvemos de Hogsmeade... -dijo Sirius aparentemente preocupado.
James sin embargo no contestó, corrió, tomó su capa del perchero y salió por el retrato. Sirius y Lily intercambiaron miradas y los dos lo siguieron.
los tres caminaron por los campos del colegio en medio de la oscuridad. Hasta que uno de los chicos se acercó al Bosque Prohibido.
-No creo que debamos entrar -dijo Lily sin avanzar.
-Vamos, no te preocupes -dijo James agarrándola por el brazo, y siguiendo a Sirius entraron los tres al Bosque Prohibido.
En ese momento se escuchó el crujido de una rama, y Peter apareció tras ellos.
-Hey -dijo Sirius extrañado- Dónde te habías metido?
-Este... yo..., Dónde estaban ustedes? -dijo Peter muy nervioso, a decir verdad sin sentido.
-Lo buscábamos a Reamus -dijo James
-A, si, si, yo también -se apresuró a decir Peter, y miró extrañado que Lily se encontrara con ellos.
Y los siguieron caminando.
-Repito, no creo que sea buena idea, y más sabiendo el estado de Lupin, y a decir verdad, no era lo que tenía pensado para nuestra primera cita. -al escuchar esto James se rió, y ella también, aunque con cierto nerviosismo.
-Vamos, nosotros sabemos lo que hacemos -dijo Sirius a medida que se acercaban a....
-El Sauce Boxeador??!!! -exclamó Evans parándose en seco -Yo ahí no me acerco -al ver que Sirius se aproximaba a él, y se empezó a agitar fuertemente, y de pronto.. se quedó más quieto que una roca.
-Vamos -repitió Sirius quien desapareció entre las raíces del árbol.
-Qué? -dijo Lily procurando no seguir, pero James la volvió a agarrar del brazo y los dos también desaparecieron en las raíces del árbol seguidos por Peter.
Caminaron por un túnel, y de pronto aparecieron en el rellano de una casa.
-Dónde...? -preguntó Lily.
-Shh... -la silenciaron los muchachos.
-Tiene que estar aquí -dijo James en voz muy baja- por que sino... -y se interrumpió.
detrás de ellos se oyó un crujido. Los cuatro voltearon y... un hombre-lobo apareció ante ellos mostrando sus dientes. Lily agarró con fuerza la mano de James. El hombre-lobo Lupin empezó a avanzar hacia ellos. Y tan rápido como había aparecido Lupin, un gran perro negro rozó a la pareja y se abalanzó contra el licántropo.
-Ahh!! -gritó Lily corriéndose hacia un rincón.
Cuando al fin el perro había logrado tranquilizar al hombre-lobo, Evans se dio cuenta que tampoco James ni Peter estaban. -James?! -gritó, pero fue interrumpida por el galope de un bello ciervo que se puso delante de ella para prevenirla del hombre-lobo que se disponía a avanzar hacia ella. En se momento Reamus se quedó quieto. Con sus oscuro ojos miró al ciervo, al perro, y luego a la muchacha, y luego otra vez al ciervo, que movió de forma extraña la cabeza, y el licántropo retrocedió.
Habían pasado tanto tiempo allí que los primeros rayos de sol iluminaron el lugar. En ese momento Lupin sufrió el dolorosa cambio de pasar de lobo a persona, y volvió a la normalidad. Lily se acercó a él y lo ayudó a sentarse en una silla. La joven miró al resto de los animales que seguían mirándolos. Lily se acercó al ciervo y le acarició la cabeza, y en un rápido instante, ante ella, pareció James Potter. Lily retrocedió rápidamente, y acto seguido el perro se convirtió en Sirius, quien dijo:
-Peter, Dónde estás?
Y detrás de la puerta pareció una rata, a decir verdad bastante fea, que luego se convirtió en Peter.
-Cobarde -susurró James, y todos rieron, salvo Lily.
-Cómo es que ustedes...? Animagos... menores de edad -dijo Lily.
-Bueno, como ellos no me pueden hacer compañía en forma humana, buscaron la forma de convertirse en animagos, y de esa manera no estoy solo en mis noche de transformación -explicó Lupin.
Lily miró a los tres animagos, y su vista se fijó en James, se acercó a él interrogándolo con la mirada. Cuando James se disponía a decir algo, pues temía que por hacer algo ilegal Lily rompiera con él, ella lo interrumpió diciendo:
-Increíble!! -y los cinco rieron.
-Oh! -dijo James- Acá estaba! Pensé que la había perdido -dijo agarrando una capa que había en un costado.
Pronto volvieron al castillo bajo la capa de James (una capa increíble que hacía invisible a quien se la ponía), y debido al horario en que se habían acostado, el sábado bajaron directamente para almorzar.
Lily y James entraron abrazados al Gran Comedor, seguidos por sus tres nuevos amigos al ver a Katrina y a Amanda ella le guiñó el ojos, y ellas y también, y Sirius se separó del grupo para sentarse junto a Katrina.
Cuando se sentó la nueva parejita de Gryffindors en la mesa de su Casa, lo hicieron mirando hacia la de Slytherin, y pudieron ver perfectamente las miradas maliciosas de Lucius y de Snape, aunque en la mirada de éste último había algo más. Miradas maliciosas que crecieron cuando Lily le dio un beso a James.
Y así siguió el resto del año. En las siguientes salidas a Hogsmeade, Lily y James se separaban del grupo para ir a algunos lugares solos, aunque eso no era muy seguido por que ahora Sirius, Reamus y Peter se habían convertido en sus nuevos amigos, y junto a Katrina y Amanda pasaban muchos tiempo los siete juntos.
Se sentaban bajo los árboles a estudiar, o simplemente a descansar. O a veces tiraban piedras al lago para ver como el calamar gigante intentaba atraparlas con sus enormes tentáculos. A partir de ese momento, James, ya no era tan fanfarrón, aunque alguna que otra broma pesada (tanto él como Sirius) le siguieron haciendo a Snape, sólo que Lily ya no hacía nada para pararlos. Entre salidas, exámenes, y de todo un poco, pasó el resto del año.
Y ese fue el último año de los Merodeadores en Hogwarts, y el comienzo de una de las que sería algún día la pareja más conocida del Mundo Mágico.
***The End***
Carla G. Molina
8-8-04/8-09-04
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